En la psicología moderna se contempla como terapia; llamada psicoterapia verbal vislumbra una Luz de esperanza a través de la acción de la palabra. Entendida la psicoterapia como procedimiento destinado a aliviar el sufrimiento humano por medio de recursos psicológicos, y en ese sentido utilizado desde tiempos pretéritos, su implementación como modalidad terapéutica científica se instaura a partir de unos cien años a la fecha.
El PODER DE LA PALABRA. puede herir más con sus palabras que con un cuchillo, pero también hay otros que con sus palabras pueden transformar la vida. Hago esta reseña sí me lo permiten esta expresión para mostrar lo que el Congreso Iberoamericano de psicología lo declara como avances en esta ciencia para la curación y renovación de los pensamientos, de acuerdo a las conclusiones en la Ponencia presentada en el II Congreso de la I Convención del Colegio Oficial de psicólogos. Universidad Complutense de Madrid-España el 16 de Julio de 1998. Se abre un camino para la investigación y desarrollo del poder que tiene la palabra como efecto terapéutico. Pero omitieron que el poder de la palabra está con el génesis de la creación del universo. Dios Jehová está mostrando la acción de la palabra y que en su manual "la Biblia" está registrado para testimonio de su infinita sabiduría omnisciencia, el PODER DE LA PALABRA.
El profesional (inconverso) la utiliza como psicoterapia, pero el psicólogo cristiano la usa para sanar y liberar ya que se declara es la Palabra de Dios Jehová, las palabras que utilicemos al pensar pueden tener un efecto poderoso en nuestras emociones y en nuestro estado de ánimo, de modo que es importante elegirlas con cuidado ya que son como efecto terapéutico si se emplean bien. La revista «Contemporary review» publicó en 1887 un artículo, firmado por P.F. Cobbe, en el que apareció por primera vez la expresión «psychotherapeutic» (psicoterapéutica) para referirse al tratamiento psicológico de las enfermedades mentales. La palabra «psychotherapeutic» pronto fue sustituida por psychotherapy» (psicoterapia), forma en la que se ha utilizado habitualmente desde entonces. La psicoterapia ocupa, desde la aparición del psicoanálisis hace algo más de un siglo, un lugar prioritario en la vida del hombre contemporáneo. Porque qué digo que la palabra es una luz de esperanza, si asumimos ser luz en este mundo, aquellos que hemos entregado la vida Cristo, es hora de hacer lo que tenemos que hacer por medio de nuestra profesión como psicólogos o psiquiatras seguidores de Cristo; no es imponer una religión, ya que el fanático religioso tiene un apasionamiento desmedido por su creencia, esta creencia en el fanático religioso lo ciega por completo y lo coloca a sufrir una distorsión cognitiva llamada “filtraje” que dice la biblia al respecto; "enséñales a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Por mi parte, yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo".
Al efectuar este compromiso como creyentes vamos hacer la diferencia entre los que confían en los procedimientos (terapias) empleados en la psicología moderna (humanista-ateísta) o quienes creemos en el método Cristocéntrico, donde el ser humano escoge a su libre albedrío dependiendo su Fe. Como se haya en otras disciplinas como la medicina donde existen diversos procedimientos empleados con el fin de curar a las personas, que no pertenecen al campo de la medicina científica como es la medicina alternativa donde carecen de denominador común, excepto la falta de evidencias científicas de su eficacia y cuya efectividad no ha sido probada consistentemente. En cambio la palabra del Verbo es vida y se comprueba por sí sola. Si se permite la libertad de escoger en la medicina la diversidad de tratamientos sin juicio moral, como nos negamos a aceptar en la psicología el procedimiento Cristocéntrico. A continuación me remontaré a la historia para el desarrollo de los argumentos de este tema: veremos porque la palabra tiene poder para sanidad o para destrucción.
LA PALABRA TIENE PODER (Palabras clave: psicoterapia verbal, Grecia clásica, epodé, tragedia griega).
Hagamos una breve revisión histórica sobre el empleo de la palabra en la curación de diversas dolencias. La palabra ha sido utilizada con fines terapéuticos desde los comienzos de la humanidad, desde el génesis principalmente en la cultura judeocristiana pasando por los hechiceros, ocultismo y en las culturas indoamericanas los chamanes y en diversas culturas consideradas “primitivas” por la civilización occidental aún emplean palabras, frases y cantos para favorecer la entrada en estados alterados de conciencia y la curación de las más variadas dolencias como es en el caribe o en África. Cuatro mil años aproximadamente a.C. los sacerdotes asirios caldeos de Mesopotamia empleaban en sus ceremonias religiosas exorcismos para alejar temporalmente las enfermedades y todo tipo de desgracias.
¿HUBO UNA PSICOTERAPIA
VERBAL EN LA GRECIA CLÁSICA?
En
la Grecia clásica, el sofista Antifonte trataba a los afligidos por medio de
discursos según nos dice un escrito de Seudo-Platarco: “Y así, informándose sobre
las causas de la aflicción, aliviaba y consolaba a los enfermos” lo cual puede
ser calificado como una psicoterapia verbal. Platón hace referencia a este tipo
de instrumento terapéutico y describe un método o forma de hablar suave, monotonía,
persuasiva, serena y agradable (logos.calos) cuya influencia psicosomática (thymos)
se favorecía un estado de calma y relajación (suphrosyen). La
cultura clásica griega reconoció el alcance de la enfermedad mental
en la vida cotidiana. Sin embargo, ninguna de sus escuelas teóricas
promovió el empleo ni la enseñanza de tratamientos psicoterapéuticos.
El
«ensalmo» o «conjuro» (epodé) es la primera forma conocida de curación por la
palabra. El uso terapéutico de la epodé es mencionado por primera vez en la
Odisea. Ulises, herido durante una cacería, es socorrido por los hijos de
Autólico, quienes vendan la pierna del héroe y recitan un ensalmo (epodé) para
detener el flujo de la sangre. Sin
embargo, las palabras del ensalmo no se dirigen al enfermo, sino a las fuerzas que rigen el curso de la naturaleza mundo espiritual.
La epodé pretende el logro mágico de todo cuanto el hombre necesita y no puede
alcanzarlo mediante sus recursos naturales.
No obstante,
las palabras con poder, fe, no tienen poder más allá del límite que la propia
naturaleza impone a su función. Para eso
—dice Apolo en Las Euménides— no ha
fabricado hechizos mi padre». La
muerte, y a veces también la enfermedad y el dolor, son «eventos necesarios» de
la naturaleza, y los «eventos necesarios» no pueden ser modificados por la
epodé. Para la mente de un griego clásico, incluso los dioses estaban sometidos
al orden del cosmos. Las ceremonias de los
templos de Apolo y Asclepio, la mayéutica de Sócrates, la epodé «persuasiva»,
la catarsis trágica, y el diálogo terapéutico en la tragedia griega, son las
principales formas que la palabra curativa revistió en la Grecia clásica. En el anterior hipertexto vimos que la función curativa de la palabra en la Grecia clásica se desarrolló ampliamente, daba resultados curativos y su valor como psicoterapia verbal por medio del ensalmo.
En la Grecia clásica hubo varios métodos de tratamiento de corte
psicoterapéutico, basados en el poder curativo de la palabra y en la relación
terapeutapaciente. Sin embargo, ninguna de estas soluciones psicoterapéuticas dispuso de una doctrina teórica que sustentase su empleo y organizara su enseñanza. Las principales formas que en la Grecia clásica revistieron los métodos psicoterapéuticos pueden resumirse en:
1) Psicoterapia en los templos de Apolo
y Asclepio.
2) La mayéutica: Sócrates psicoterapeuta.
3) La epodé «persuasiva» de acción
psicológica.
4) La catarsis como psicoterapia.
5) El diálogo terapéutico en la
tragedia griega.
4. Estos métodos pueden considerarse
antepasados de las actuales formas de psicoterapia verbal.
Lain
Entralgo en su obra de 1958, titulada La Curación por la palabra en la
Antigüedad clásica; estudia el origen terapéutico de la palabra en el
campo médico. Las páginas de este libro quieren ser una contribución histórica a la doctrina
de la psicoterapia verbal.
Ya
en el epos homérico es posible recoger datos acerca del empleo de la palabra
con un propósito curativo - La pronunciación de palabras con motivo de la
enfermedad de un hombre adopta en el epos tres modos radicalmente distintos
entre si: La "plegaria" (eukhé), el "Ensalmo mágico"
(epaoidé) y el "decir sugestivo" o "pía-centero"
(terpnóslogos), la Acción de este último tendría un carácter pura y
exclusivamente natural.
Esa
operación reordenada y esclarecedora de la palabra persuasiva recibe de Platón
el viejo y sugestivo nombre de Katharsis y es empleada con un sentido a la vez
ético, psicológico y médico. Elabora toda una genial doctrina acerca de la
acción psíquica y somática de la palabra por lo tanto, acerca de la
psicoterapia verbal. Cabe preguntarse: ¿Qué pensaron, qué dijeron los autores
del corpus hippocraticum acerca de la curación por la palabra?, ¿ Qué acogida
prestaron a lo que sobre ese tema habían pensado y dicho sofistas y filósofos?
Los médicos hipocráticos -los médicos continuadores de Hipócrates- no supieron
recoger y hacer suyo este legado de Platón. Conocieron , es cierto, la
psicoterapia verbal; pero no pasaron de emplearla para lograr la confianza del
enfermo y para mantener en buen tono la amenazada "moral" del ánimo
de este. Se puede advertir que las partes de la retórica aristotélica
prefiguran la propia estructura de la psicoterapia (terapeuta, paciente y
discurso), ni que decir tiene, la tripartición de la moderna teoría de la
comu-nicación (emisor, receptor y mensaje).
"Aristoteles, en suma, atribuye a la palabra al logos expreso y
comunicativo un triple poder. Cuando la palabra humana es razonamiento
dialéctico convence, cuando es discurso retórico, persuade, cuando es poema
trágico, purga y purifica. Mas aún, para que la operación de la palabra
logre máxima eficacia -y así lo exige especialmente la cura psicoterapéutica-
es preciso que se establezca una peculiar relación entre el que habla y el que
oye. En el caso de la catarsis verbal aristotélica, la acción de la palabra es
tan intensa que opera como sí el discurso mismo fuese un verdadero medicamento.
Para
cerrar este recuento histórico podemos decir que la fundamentación científica de
su eficacia como recurso médico no fue establecido sino hasta los trabajos en la
ciencia de la psicología de Pavlov y posteriormente con los de Lebedensky,
Breuer, Platonov y Milton H Erickson entre otros.
En la posmodernidad como
opción terapéutica en la psicología moderna: El interés de la palabra y la persona en la
Psicología es evidente, es preciso tener en cuenta que la Psicología clínica,
constituye un campo heterogéneo de teorías y procedimientos. De esta
diversidad, vamos a resaltar, la tradición Humanista. La Gestalt es una de las
llamadas terapias "Humanistas". Tras esta noción, una idea motriz: La
Concepción del ser humano que subyace en la psicología humanista en su conjunto
y el uso terapéutico. La
palabra posee un efecto terapéutico el cual con frecuencia se emplea en forma empírica
o incluso no consciente, sus resultados pueden ser más intensos y temporalmente duraderos si
su utilización es consciente y estratégicamente dirigida, lo cual se evidencia
por el considerable número de terapias basadas en su empleo y por el éxito frecuente
de muchas de las mismas cuando son aplicadas con rigor profesional y a partir
de un adecuado conocimiento de sus bases científicas.
La
palabra ha sido y es empleada terapéuticamente en un rango considerablemente
amplio de técnicas y métodos, es posible emplearla para prevenir enfermedades y
desequilibrios psicosomáticos, es especialmente útil en aquellos casos que se
muestran resistentes a otras terapias como las biológicas y farmacológicas y su
poder y la utilización para rehabilitar, restablecer la salud, prevenir la
enfermedad o promover una armónica y equilibrada. Es una aventura que a pesar
de ser tan vieja como la humanidad aún tiene por escribir sus mejores páginas. Veamos la Luz de esperanza: En “Psicología Cristiana” la terapia Cristocéntrica es la Palabra de Dios:
· ."La espada del espíritu" (Efesios 6:17).
· ."Poderosa para edificar" (Hechos 20:32).
· . "Da entendimiento" (Salmo 119:130).
· . "Da gozo" (Jeremías 15:16).
· . "Produce fe" (Romanos 10:17).
"Porque
la palabra de Dios es viva y eficaz y más cortante que cualquier espada de dos
filos; penetra hasta la división del alma y del espíritu, de las coyunturas y
los tuétanos, y es poderosa para discernir los pensamientos y las intenciones
del corazón" (Hebreos 4:12).
Conclusión. Se reflexiona sobre
algunos de los elementos que originan el pensamiento, analizando la relación
dialéctica, entre lo sensorial (vinculado predominantemente con el objeto
externo) y lo abstracto (vinculado predominantemente con el objeto interno) para señalar que a través del lenguaje y muy
especialmente de la palabra es posible influir directamente el objeto interno y
modificar la existencia real del hombre. En los métodos de terapia basados
en el efecto de la palabra, de los cuales podemos tomar como prototipo la
psicoterapia persuasiva o racional, el estudio de las teorías de aprendizaje
ocupan un lugar primordial, al igual que los estudios respecto a los
procesos del pensamiento y del lenguaje (y sus fundamentos neurofisiológicos).
Es importante destacar que el inconsciente es reconocido en su
potencialidad patógena por los terapeutas que utilizan estos métodos, aunque en
forma contraria a los seguidores del psicoanálisis, no lo prioriza como factor
patógeno.
Se comentan los
mecanismos esenciales que explican el efecto terapéutico de la palabra y los
principales modelos terapéuticos que se basan en su uso. Un recurso verbal de
creciente utilización (sobre todo a partir de la difusión de la obra de Milton
H. Erickson) es el lenguaje metafórico, en el cual se dan mensajes a cerebro derecho, activando zonas
no "privilegiadas" del intelecto o más relacionadas con lo que
podemos denominar el cerebro visceral o emocional (sistema límbico
principalmente), el enfoque metafórico se emplea cuando no se recurre a la
hipnosis formal, es especialmente útil con sujetos resistentes, ya que es
difícil soportar una sugestión de cuya recepción uno no es consciente,
Erickson desarrolló (Haley, 1989) un número considerable de recursos a partir de su manejo de la
conversación hipnótica, generalmente contando historias, recurriendo con
frecuencia a la técnica del entremezclado, por medio de la cual se teje una
historia dentro de otra. Utilizando
recursos hipnóticos (tono de voz, pausas, silabeos, palabras orientadoras, etc.
) que facilitan que el paciente "decida voluntariamente" un cambio
(Romero, 1996).
Es llamativo en este
método el uso del lenguaje experiencial, en el cual el terapeuta utiliza todo
lo que aparezca en la terapia (cualquier asunto referido por el paciente,
anécdota, historia, analogía o metáfora), para lograr lo que Erickson llama
"envolver para regalo" el mensaje.
Las categorías diagnósticas de Jeffrey K. Zeig son útiles para
comprender esto (algunas de estas categorías son: interno - externo,
amplificador - reductor, difuso - enfocado, lineal - mosaico). (Haley, 1989).
Por último otras
modalidades basadas en el efecto de la palabra son la psicoterapia de
modificación de actitudes desarrolladas por Miasischev cuyo objetivo central es
la exploración, discusión y corrección mediante el uso de la palabra de las
actitudes que originan la problemática psíquica del enfermo, en esta
psicoterapia se pretende obtener una mayor profundización y rapidez en los
resultados utilizando dos puertas de entrada simultáneas (seguridad y
ansiedad).
Las palabras tienen poder, nos ayudan a conectar
con las personas, a designar y dar forma a lo que nos rodea. Sin embargo, no
podemos olvidar tampoco el papel de ese diálogo interno, y de la necesidad de
cuidar de esas palabras que nos decimos a nosotros mismos.
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