12 diciembre 2013

NACEMOS PARA MORIR; MORIMOS PARA VIVIR.

MONOGRAFIA:  LA VERDAD DE LA MUERTE Y EL DUELO. 
CAPITULO VI
Primero que todo quiero dejar en claro que este tema la muerte, me baso en la única fuente fidedigna, veras y creíble; la Biblia, no hablo de religión, hablo de hechos concretos que no se encuentra en ninguna religión, pruebas tan contundentes sobre la muerte la resurrección y la vida eterna. En el anterior capitulo aporte las PRUEBAS SOBRE LA VIDA DESPUÉS DE LA MUERTE y el único hombre Jesucristo que ha resucitado y nos ha hablado de nuestro destino. El titulo que le di a este capitulo "NACEMOS PARA MORIR; MORIMOS PARA VIVIR" muy sugestivo esta fundamentado en los siguientes versículos; filipenses 1:21  "Pues para mí, el vivir es Cristo y el morir es ganancia". 1Corintios 15:44 "se muere un cuerpo natural, se resucita un cuerpo espiritual. Si hay un cuerpo natural, hay también un cuerpo espiritual".
A la mayoría de nosotros se nos ha muerto alguien. Algunas creencias dicen que los que mueren van al cielo, al infierno, al purgatorio, o a algún otro lugar y regresan en otro cuerpo y los más osados dicen que pueden regresar para reencarnarse en un animal, temas que los hemos venido tocando con anterioridad. Los mas incautos creen que pueden comunicarse con los muertos o que pueden ver a la gente que ha muerto, pero nunca se ha podido comprobar que sean ellos. Lo cierto es que Si Dios el Eterno se llevara Su espíritu, toda la vida humana moriría (Job 34:14-15). Debido a la sabiduría de Dios, mientras estamos vivos podemos hacer muchas cosas maravillosas como leer, jugar, compartir con nuestra familia, además de muchas otras actividades. Podemos prolongar o alargar nuestra vida obedeciendo a  Yahveh-Dios (Deut. 11:13-15). En Eclesiastés se nos dice que todo deber del hombre es “Temer a Dios y guardar Sus mandamientos” (Deut. 30:19-20; Apo. 12:17; 14:12; 22:14). Esto significa que en todo que hacemos, en cada momento del día, deberíamos tratar de vivir de la forma que Dios nos enseña. En Deuteronomio 30:19HaShem-Dios nos dice de elegir la vida y de vivir. Pero todos sabemos que algunas veces fallamos en obedecer a Dios. El Eterno nos dio libertad de acción moral. Esto significa que podemos elegir nuestras propias opciones. Mientras estemos en este mundo, podemos seguir todas las leyes de Dios. Pero también podemos optar por las opciones incorrectas, igual como cuando no escuchamos a nuestros padres, o peleamos con nuestros hermanos o hermanas, o hablamos mal a nuestros semejantes. Nosotros decidimos si obedecemos o no, HaShem -Dios no obliga a nadie a seguirlo, a creerle.  Cuando desobedecieron nuestros primeros padres Adán y Eva nosotros mismo nos sentenciamos a morir; el acto de desobediencia se llama el "Pecado”Al hacer un laconismo de una muerte anunciada en Génesis 2:16-17. 1. “el día que de él comieres, ciertamente morirás” Pero en Génesis 3:1- 6 viene la oposición, la duda; No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal. El problema para la gran mayoría de racionales no es si creen en la muerte como un fin, sino el por que morimos;  con el anhelo de tener control sobre la muerte buscando ser eternos, el elixir de la vida, cuando leen Génesis 5:5-6 dice: “Y fueron los días de Adán después que engendró a Set, ochocientos años, y engendró hijos e hijas. Y fueron todos los días que vivió Adán novecientos treinta años; y murió.” El pensamiento común es si Adán y Eva cuando comieron del árbol ¿murieron como Yahveh-Dios había dicho?. Teniendo en mente que muerte significa la abstinencia de alguna forma de vida, no podemos ver a simple vista lo que murió ese día. Que es lo que murió en Adán y Eva, para entender lo que paso remontémonos a ; Génesis 1:26-27 “Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza;…. Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios los creó; varón y hembra los creó.” Nótese que los creo juntos a la vez, en un ser espiritual. ¿cuál es la imagen de Dios? ¿Cómo se ve? Juan 4:24 dice: “Dios es Espíritu” Al ser formado Adán de la tierra y Eva de la carne del varón; fueron constituidos cuerpo, alma y espíritu es decir una parte natural y otra sobrenatural. 
El dilema es que su cuerpo murió muchos años después que comió del árbol, por que toda la creación cayo en maldición, hasta que volvamos a la misma tierra del cual fuimos formados. Debido al pecado es que morimos espiritualmente y por morar el pecado en nuestros miembros, nuestro cuerpo se envejece y se corrompe por medio de las enfermedades muriendo biológicamente y nuestro cuerpo se separa del alma (lo natural de lo sobrenatural) por el pecado que mora allí. Romanos 5:12Esto es lo que sucedió: El pecado entró en el mundo por un hombre, Adán. El pecado trajo la muerte con él. La muerte se extendió a todos los hombres porque todos pecaron. en cambio la vida eterna es un regalo de HaShem. Lo que murió aquel día; lo que se perdió aquel día fue la imagen de Dios, conforme a su semejanza el espíritu que Dios le había dado  (quedando el alma en una dualidad racional y irracional) murió la parte de la imagen de Dios. Para el hombre de alma y cuerpo (Natural) le es imposible conocer las cosas de Dios por la simple razón de que tales cosas tienen que ver con el espíritu, “se han de discernir espiritualmente” Dios es Espíritu y para comunicarse con Él tienes que tener un espíritu. El alma y el cuerpo son suficientes para las cosas que competen a los cinco sentidos. Pero cuando se trata de las cosas de Dios, lo que necesitas es un espíritu. Esta verdad también se explica en 1 de Corintios 2:14. Es precisamente esa pérdida de espíritu lo que se restauró el día de Pentecostés, donde el Espíritu Santo se hizo disponible para nosotros, así que hoy después de creer en Jesucristo eres nacido de nuevo del espíritu. 2Corintios 5:17. "Por lo tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva creación; las cosas viejas pasaron, he aquí todas son hechas nuevas". Ninguna religión ni filosofía, ni la ciencia puede ofrecer y cumplir lo que HaShem Dios ha hecho para nosotros en crearnos como una nueva raza humana.
¿por que nacemos para morir y morimos para vivir? Algunas personas creen que no existe nada después de la muerte. Piensan que esta vida física es todo lo que existe y que todo termina cuando morimos. La muerte es la cosa más segura que tenemos en la vida... Por mucho que queramos cerrar los ojos o ignorarla, la muerte está ahí. ¡Inevitable!... A veces, serena; muchísimas veces, dolorosa;  ¡No queremos la muerte! (aunque en ocasiones parece como que la deseamos o que estamos tentados de desearla). ¡No podemos querer a la muerte!... Dios tampoco quiso la muerte: “¿Porqué habéis de querer morir?... Que no quiero yo la muerte del que muere!” (Ez 18, 31-32). La muerte es, ha sido, y seguirá siendo un trance doloroso. Ya que la muerte no solo es destrucción biológica; separación y ruptura de lazos humanos. Este aspecto doloroso de la muerte no hay que ocultarlo ni disimularlo con falsos “piadosismos" artificiales, a veces baratos y superficiales... ¡Nos es doloroso morir!, ¡y nos es doloroso ver morir a las personas queridas!... Es normal y es humano. Y no debe extrañarnos que cuando la muerte nos visita de un modo u otro, esa experiencia nos desestabilice. Sería importante reflexionar sobre cómo vivir el dolor "el duelo" que provoca la muerte de un ser querido;... sobre cómo afrontar nuestra propia muerte...Se podrían también estudiar las diferentes actitudes que los seres humanos tomamos ante la muerte, o examinar las diversas respuestas que, en las diferentes culturas, filosofías o religiones, se han ido dando a las inmensas preguntas que nos plantea la muerte.. Pues esto es lo que estoy intentando plasmar a través de esta monografía. Pero a hora permitame sólo y simplemente compartir, algunos destellos de luz que me iluminan desde la fe en HaShem -Dios que es Amor y sólo Amor... Muchas cosas quedarán por precisar y completar, ya que voy a intentar dar sólo las grandes líneas, y del modo más sencillo posible, sin entrar aquí en más detalles, “pruebas” y precisiones más técnicas a nivel filosófico, teológico o bíblico. Si esto les sirve, me alegraré. Y para empezar, saco a colación un cuento que nos ayuda ha entender el tema en mención:

DIÁLOGOS DE DOS GEMELOS ANTES DE NACER
Resulta que fueron concebidos dos gemelos... Pasaron las semanas y fueron creciendo. A medida que fueron tomando conciencia de sí, su alegría rebosaba:
- “Dime, ¿no es increíble que vivamos? ¿no es maravilloso estar aquí?”.
 Los gemelos empezaron a descubrir su mundo... Cuando cayeron en la cuenta que  a través de un cordón les llegaba el alimento, decidieron ponerle un nombre, y se les ocurrió llamarle “Madre”... Llenos de gozo exclamaron:
- “¡Tanto nos ama nuestra madre que comparte su vida con nosotros!”.
 Pasaron las semanas, luego los meses. Y fueron creciendo. Estaban a gusto... Pero siguió pasando el tiempo,... y se dieron cuenta de que las cosas estaban cambiando, que les faltaba espacio, que se sentían apretujados....
- “¿Qué significará esto?” –preguntó uno.
- “Esto significa –respondió el otro– que pronto no cabremos aquí dentro. No podemos quedarnos aquí. He oído decir desde ahí fuera que tendremos que  nacer”.
- “No me vengas con cuentos, que a ti lo que te sobra es imaginación. ¡En ningún caso quiero verme fuera de aquí –objetó el primero–: yo quiero quedarme siempre aquí¡”.
-  “Reflexiona. No tenemos otra salida –dijo su hermano–... Además también he oído que nuestra Madre y nuestros hermanos nos están esperando ahí fuera. Seguro que ahí fuera viviremos mejor”
- “¿Cómo puede ser esto? –repuso el primero con energía–. ¡Tú y tu imaginación! Nuestra madre es este cordón. Sin este cordón de la vida no es posible vivir... Además, si otros antes de nosotros han salido de aquí, ¿porqué ninguno de ellos ha vuelto a decirnos que ahí fuera se vive mejor?... ¡No, ahí fuera no hay nadie!... Y si hay que nacer, eso quiere decir que con el nacimiento se acabó todo¡. ¡Es el final del cuento!”.
 El otro guardó las palabras de su hermano en su corazón y quedó hondamente preocupado. También él empezaba a dudar. Pensaba:
- “Si todo se acaba con el nacimiento, ¿qué sentido tiene ésta vida aquí? No tiene ningún sentido... A lo mejor resulta que ni siquiera existe una Madre como siempre hemos creído. Hay un cordón, y ya está”.
- “Bueno; a lo mejor sí que debe existir –protestaba el primero, a quien también le entraban sus propias dudas–.¡Vete tú a saber!... De lo contrario, ya no nos queda nada”.
- “¿Has visto alguna vez tú a nuestra madre? –preguntó el otro–. A lo mejor sólo nos la hemos inventado, porque no sabíamos explicarnos de otra manera nuestra vida aquí... Pero sin embargo existe ese latido sincopado y profundo que nos rodea siempre y que nos relaja y nos da paz”...
 Así, entre dudas y preguntas, sumidos en profunda angustia, transcurrieron los últimos días de los dos hermanos en el seno materno.
Por fin llegó el momento del nacimiento... Cuando los dos gemelos dejaron su mundo, abrieron los ojos y lanzaron un grito. Lo que vieron superó con creces sus más atrevidos sueños.

Creo que es una gran suerte saber, - apoyados en la fe en Dios que es Amor -, que los seres humanos NO NACEMOS PARA MORIR,... ¡MORIMOS PARA VIVIR!...

Es el sello de garantía de cumplimiento.
Saber esto, no resuelve todos los problemas ni da respuesta a todas las preguntas.. Pero es una grande y buena noticia... Personalmente, me siento muy afortunado de haberla escuchado... Por eso lo comparto con usted sencillamente algunos puntos de esa Buena Noticia. En Cristo, - cuya muerte es resurrección -, he tenido la suerte de descubrir que, efectivamente, esa esperanza no es vana. En la muerte resurrección de Cristo se nos hace patente nuestro propio destino (el destino de todo ser humano) : No nacemos para morir, sino que morimos para vivir;... como Cristo, muerto resucitado... Así que nuestra muerte es resurrección; nacimiento a la vida en plenitud... Como dice San Agustín: “En Cristo se realizó lo que para nosotros es todavía esperanza. No vemos lo que esperamos; pero somos el cuerpo de aquella cabeza en la que se hizo realidad lo que esperamos” (Ser. 157,3)... Si Cristo resucitó, también nosotros resucitaremos. Es el sello de garantía de cumplimiento. Y si, para nosotros como para Cristo, nuestra muerte es resurrección, esto es así porque el Padre Dios  Yahveh  está ahí dándonos vida, llevándonos a la plenitud de la vida con el amor con que nos está amando... Apoyados en esta fe, podemos esperar, y ya podemos entrever, que todo no se puede acabar con la muerte: ¡Ni la muerte puede poner punto final a ese amor personal que el Padre Dios nos tiene! (ver Rom 8, 35 s.)... Y la muerte tampoco puede truncar definitivamente nuestra aspiración y nuestro caminar hacia la plenitud de nosotros mismos y hacia nuestra felicidad,... ya que esa aspiración y ese nuestro caminar, en definitiva, están sustentados por la fuerza de ese Amor... Nuestro Dios es HaShem  de Vida : Lo que Dios quiere, y en eso está trabajando constante y permanentemente, es que “tengamos vida y la tengamos en abundancia” (Jn 10, 10)... Amándonos, el Padre Dios nos hace vivir... Y ese amor que nos tiene el Padre Dios, no se acaba en el momento de nuestra muerte... Al contrario : En el momento de la muerte, el amor con que somos amados por el Dios de la Vida HaShem , nos “despierta” definitivamente a nosotros mismos para ver,... "Porque ahora vemos por un espejo, veladamente, pero entonces veremos cara a cara; ahora conozco en parte, pero entonces conoceré plenamente, como he sido conocido". 1Corintios 13:12,  para ser y vivir en plenitud, superando el aparente fracaso de la vida que es la muerte... Eso es lo que descubrimos en la muerte resurrección de Cristo : En nuestra muerte (necesidad biológica), el Padre Dios sigue estando ahí y nos sigue amando. Con la fuerza de ese amor con que nos está amando, nos está llevando a vivir en plenitud, nos está llevando a la plena realización de nosotros mismos como personas, estamos siendo transformados en la misma imagen de gloria en gloria, como por el Señor, el Espíritu. Nos está llevando a NUESTRA RESURRECCIÓN,... que es nuestro definitivo  y verdadero despertar  en el que el ser humano llega a ser plenamente sí mismo...somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que habremos de ser. Pero sabemos que cuando El se manifieste, seremos semejantes a El porque le veremos como El es. 1 Juan 3:2
Muerte que, como tal, lejos de ser querida por Dios, es obstáculo que nuestra finitud y nuestra debilidad le pone a su Voluntad de Vida... Pero obstáculo que es superado y vencido por la fuerza del amor con que somos amados... “La voluntad del que me ha enviado es que yo no pierda a ninguno de los que me ha dado, sino que los resucite en el último día” (Jn 6, 39 s.); ver también Jn 5,21-29; Juan 3: 16 "porqué de tal Manera AMO Dios al Mundo, Que dio un unigénito Su Hijo (Único), Para Qué TODO AQUEL Que cree en El, no en sí Pierda, sino-Que del tenga vida eterna. Así que la muerte no es el final... Todo lo contrario : La muerte es el punto de partida del pleno florecimiento de todo nuestro ser. Nuestro verdadero y definitiva transformación. El trance a través del cual llegamos a ser plenamente nosotros mismos y a vivir en plenitud... Y eso es así, porque el Amor con que somos amados, está ahí, - como un fermento -, “trabajándonos” desde dentro, “despertándonos” a nuestra verdadera realidad, realizando su “obra de amor” en nosotros como la realizó en Cristo...

MORIR ES ACABAR DE NACER.- Si se me permite decirlo con esta metáfora : El Padre-Dios Yahveh es como una Madre  está ahí, como “gestándonos” para nuestra vida definitiva... (Dios: Seno materno que nos va gestando y dando a luz...)... Y en el momento de la muerte, Dios nos da a luz para nuestra vida plena y definitiva... Morir es... ¡acabar de nacer!...«Muriendo -decía Franklin- acabamos de nacer»... Los primeros cristianos consideraban a la muerte como el “vere dies natalis” : la verdadera  persona realiza plenamente su ser auténtico para siempre....


Al nacer, la nueva criatura abandona la matriz que la alimentaba. Ella se sentía “tan a gusto” ahí... Pero poco a poco esa vida intrauterina se había hecho sofocante; y ahora resulta que ¡se siente empujada a salir de ahí!. ¿Para qué? : Pues para vivir una vida más plena y más autónoma; aunque esa criatura, ni lo sepa ni lo sienta así; ella no sabe que después de este paso le espera el aire libre, el espacio, la luz y el amor. Pasa por la crisis más penosa de su vida fetal : es empujada por todos lados, apretada, casi sofocada, y por fin arrojada fuera. No sabe que le espera un mundo más amplio que la matriz materna, lleno de anchos horizontes, en el que va a poder ser más sí mismo, viviendo una más amplia relación con el mundo y con los demás. Así nace: sin saber qué le está pasando....Al morir, el ser humano atraviesa una crisis biológica semejante a la del nacimiento. Se debilita, va perdiendo el aire, agoniza, y es como arrancado de este mundo. No experimenta aún que va a irrumpir en horizontes mucho más amplios y vastos que los que está dejando; viviendo totalmente en el Amor y vivificado por El...la misma imagen de gloria en gloria, como por el Señor, seremos semejantes a El porque le veremos como El es. Nos cuesta ver las cosas así. Pero esa es la realidad que descubrimos en Cristo muerto resucitado : al morir, el ser humano nace plenamente en Cristo... Morir es acabar de nacer. No morir, – decía ya Epicteto -, sería para el ser humano lo que es para la espiga no madurar nunca,... o lo que sería para el feto no nacer... Para el ser humano sería una desgracia insoportable el tener que vivir eternamente “esta” vida de pecado; “esta” vida, que por momentos fugases es tan bella en tantos aspectos, pero tan problemática y llena de sufrimientos en tantos otros. (Muchas personas, desde las más sencillas hasta de las más sabias, lo sienten y lo dicen: “esta” vida, ni satisface ni puede satisfacer las aspiraciones que llevamos dentro). “Por eso - como dice el apóstol Pablo - no desfallecemos, pues aunque por fuera vamos envejeciendo, por dentro nos rejuvenecemos día a día. En efecto, las leves tribulaciones de un momento nos traen como resultado una riqueza eterna, una gloria que las sobrepasa desmesuradamente; y nosotros no ponemos la mira en lo que se ve, sino en lo que no se ve, porque lo que se ve es transitorio y lo que no se ve es eterno” (2 Cor 4,16-18)... Pablo en otro lugar hablando de los sufrimientos de la vida y de la historia: tanto para el universo entero como para cada uno de nosotros, estos sufrimientos, en realidad, son los dolores del parto (ver Rm 8, 18 s.)... Parto doloroso, pero que da como fruto una vida más plena. Dice Jesús en Jn 16, 21 : “Cuando una mujer va a dar a luz, se angustia, porque le ha llegado la hora; pero cuando ya ha nacido la criatura, la madre se olvida del dolor a causa de la alegría de que un niño haya nacido.  Al final de la vida terrestre, el ser humano deja detrás de sí un cadáver;... por seguir con la comparación: deja tras de sí la placenta... Es como el capullo que ha hecho posible la formación de la crisálida y de la mariposa. Ahora ya no tiene ninguna función ni ninguna utilidad para esa radiante mariposa... Según nuestra fe cristiana, no esperamos la revivificación de ese cadáver; tampoco creemos simplemente en la inmortalidad de nuestra alma por si sola... Lo que creemos y esperamos es nuestro vida eterna: el pleno florecimiento de nuestro ser personal en su totalidad, la total realización de nuestra realidad personal cuerpo-alma cuando seamos resucitados...Hay una muerte; llamémosla, por llamarla de alguna manera, física? biológica?;... Esto comporta también un cambio radical del modo de vida... ¡Sí!... Pero la persona no muere (: ¡la persona!; no digo sólo el alma, sino ¡la persona!)... La persona no muere... Yo no muero,... sino que eclosiono en todo mi ser, nazco plena y definitivamente, llego a ser plenamente yo mismo,... plenamente vivificado por el amor con que estoy siendo amado por el HaShem  Dios. La muerte de esta vida, sólo si entendemos la palabra “fin” en el sentido de “meta alcanzada” : “¡Al fin he llegado!... ahora ya soy plena y totalmente yo mismo, y empiezo a vivir de verdad”... “¡Al fin el amor con que soy amado por el Padre Dios lo ha conseguido!”...Por eso muchos teólogos hablan de “resurrección” en la misma muerte, en el mismo momento de la muerte... (Ya sé que no todos presentan las cosas así. Pero a mí, después de haberlo reflexionado, me parece lo más conforme con el mensaje evangélico)... “La idea de resurrección inmediata no sólo no es incompatible con los datos de la revelación bíblica, sino que representa su interpretación una concepción filosófica platónica, “Lo que llamamos muerte no es propiamente una muerte, sino una transformación  “Porque, para los que creen, la vida no termina, se transforma, y deshecho nuestro cuerpo mortal, se nos da en los cielos un cuerpo imperecedero”... Así es nuestra muerte : Aparentemente, ¡el final de todo!... En realidad, ¡el principio de la plena realización de mí mismo, en todos los aspectos de mi ser personal!, ¡el comienzo de la germinación de todo lo que de vida hay en mí!...Por eso, en ese misma parábola en que nos habla de la semilla de trigo, Jesús presenta su muerte (y la nuestra) como el momento de la glorificación: “Ha llegado la hora en que el Hijo del Hombre va a ser glorificado” (Jn 12, 23 (ver también 27-28, y 25 para nosotros)...Eso no nos hace olvidar la tragedia que es la muerte... Jesús mismo la vive al pensar en su muerte;  la fe me abre perspectivas maravillosas, por increíbles que parezcan a primera vista : NO NACEMOS PARA MORIR... MORIMOS ¡PARA VIVIR!... Cuando morimos, - siguiendo con el ejemplo de la semilla -, podemos decir que lo que de verdad se pudre y se pierde en tierra, no es la semilla como tal; sino que es sólo la paja, la cáscara de la semilla, las impurezas que contiene la semilla. Cuando se entierra a un ser humano, lo que se pudre es todo lo que hay de “paja” en él, toda su debilidad, su sometimiento al dolor, sus alienaciones, sus impurezas y limitaciones; el pecado, el egoísmo, el desamor... Todo eso se pudre... O tomando otra parábola del evangelio de Jesús, también podemos decir que todo lo que hay de “paja”, de anti-vida, de inhumanidad, en nosotros y en nuestra vida, toda esa paja “será quemada”, desaparecerá... (ver por ejemplo Mt 13, 24-30; y en Pablo ICor 3, 12-15)... La “paja” que envuelve la semilla se pudrirá en tierra... Pero no la semilla... El “cuerpo” de la semilla, se transformará, ¡sí!;... pero para convertirse en ÁRBOL...Todo lo que hay de vida en la semilla que somos, todo eso germinará, y eclosionará... En la muerte, el ser humano germinará, y llegará a ser plenamente lo que realmente es en Cristo : árbol maravilloso y frondoso, a cuya sombra “pueden anidar las aves del cielo” (cf. Mc 4, 30-32)... “Tal vez alguno preguntará: ¿Cómo resucitarán los muertos? ¿Qué clase de cuerpo tendrán?. ¡Es una pregunta tonta! Cuando se siembra, la semilla tiene que morir, para que tome vida la planta. Lo que se siembra no es la planta que ha de brotar, sino el simple grano, sea de trigo o de otra cosa. Dios le da la forma según su voluntad, a cada semilla le da el cuerpo que le corresponde... Lo que se siembra (lo que se entierra) es corruptible, y resucita incorruptible; lo que se siembra es miserable, y resucita glorioso; lo que se siembra es débil, y resucita fuerte; lo que se siembra es un cuerpo animal, y resucita un cuerpo espiritual” (ICor 15, 35-38. 42-44).Con la expresión “se siembra cuerpo animal, resucita cuerpo espiritual” Pablo quiere decir que el ser humano entero, el ser humano débil : “cuerpo animal”, - muerto y enterrado en su debilidad, sembrado como semilla que todavía no ha germinado ni puede germinar por sí sola -, ese ser humano germina, crece, florece... penetrado y radicalmente vivificado desde dentro por el Espíritu de Dios... Y por eso es Pablo lo llama “cuerpo espiritual” : es el ser humano, en su totalidad vivificado desde dentro por el Espíritu Santo, que es el amor del Padre y del Hijo... (Ver Romanos 8 : texto precioso aunque difícil).
Por eso tampoco nos conformamos ni nos podemos creer con la simple idea de la inmortalidad del “alma”... Quedarse en eso sería truncar y traicionar gravemente el mensaje cristiano... (Son bastantes los cristianos que creen más en la “inmortalidad del alma” que en la acción vivificadora y resucitadora de Dios. Pero ese no es el mensaje del Nuevo Testamento ni la fe cristiana; sino más bien una presentación de esa fe en el cuadro de una filosofía ... No es sólo “el alma” la que alcanza su plena realización en Dios; sino el ser humano entero, incluida nuestra corporalidad. Soy yo quien seré plenamente yo, en todas las dimensiones de mi persona...Pero es que además, no viviremos eternamente porque el alma sea inmortal y eterna; sino que viviremos eternamente porque eternamente seguiremos siendo amados y vivificados, en todo nuestro ser personal, por el eterno Amor que nos tiene el Padre Dios... Porque el Padre Dios está ahí amándonos personalmente, por eso, no nacemos para morir; morimos ¡para vivir!... y vivir en plenitud, en la totalidad de lo que somos! Amándonos perseverantemente con ese Amor personal y eterno con que nos está amando en Cristo, y gracias al Espíritu Santo, el Padre Dios está empeñado en hacer eclosionar total y plenamente esa vida nuestra que él nos está ya regalando amándonos ya ahora,... sin que nuestra muerte le sea un obstáculo insalvable...Nuestra vida es eterna, porque el Padre Dios que nos hace vivir a fuerza de amarnos, nos seguirá amando eternamente...Así que lo que llamamos la resurrección – es la llegada a Plenitud de esa Vida que ya vivimos en germen, gracias a la fuerza del Amor con que somos amados por el HaShem Dios : Plenitud de Vida, ya que el Amor con que somos amados por el Padre Dios vivificará plenamente todos los aspectos de nuestro ser personal, tanto a nivel corporal, físico, material; como a nivel psicológico, moral, espiritual, etc. ... Por la fuerza del amor con que somos amados por el Padre Dios, a través de la muerte (puerta de resurrección), llegaremos a ser y a vivir en plenitud lo que ya hemos empezado a ser y vivir desde ahora, porque ya desde ahora estamos siendo amados por él en Cristo...Dios es HaShem de Vida... Y en Cristo Resucitado tenemos la garantía de que el Padre Dios nos quiere llevar y nos está llevando a esa nuestra Plenitud de Vida,...  sin que nuestras “muerte” se lo pueda impedir.

En el proximo capitulo hablaremos del destino fatal de los que rechazan la vida de Cristo y su obra; Sólo nuestro rechazo consciente, definitivo y libre, podría ser un obstáculo, que le podría impedir a ese Dios que es Amor, - y que por consiguiente siempre respeta y respetará la libertad del ser humano -, sólo eso le podría impedir hacer eficaz su Voluntad de hacernos vivir en plenitud eternamente... Sólo eso nos podría impedir de germinar; sólo eso podría hacer que la semilla se pudriera totalmente en tierra, al impedir que el amor del Padre Dios llegue a hacernos germinar, crecer, florecer y dar fruto... Eso sería lo que algunos textos del Nuevo Testamento llaman “la segunda muerte”, se condeno, la muerte definitiva...Yahveh respeta y respetará siempre nuestra libertad, precisamente porque nos ama y nos trata como sus criaturas, y no como objetos... Dios respeta y respetará nuestra libertad y nuestra elección, porque una vida impuesta no sería ya vida, ni sería soportable para nosotros... Dios respeta y respetará nuestra libertad, porque sin libertad no hay posibilidad de una relación de amor... Por respeto, amor y por su Naturaleza perfecta HaShem se deja limitar por nuestra propia libertad; y se atreve a correr el riesgo de que nos cerremos a la fuerza de su amor que nos hace ser y vivir... (¡hasta tal punto nos ama y nos respeta!)... “Te pongo delante vida o muerte, bendición o maldición. Escoge la vida, para que vivas, tú y tu descendencia” (Dt 30, 19).

08.02.2014 cortesía   http://www.acontecercristiano.net/2013/10/cientifico-toma-foto-de-un-espiritu.html?m=1

Científico toma foto de un espíritu saliendo del cuerpo

Esta imagen es referencial.
RUSIA.- Según el científico ruso Konstantin Korotkov, tomó una foto de una persona al momento de su muerte con una cámara bioelectrográfica, captó el momento justo de la separación del cuerpo astral cuando la energía deja el cuerpo.

La imagen tomada a través del método de visualización de descarga de gas (Gas Discharge Visualization), una técnica avanzada de fotografía de Kirlian,muestra en azul la fuerza vital de la persona gradualmente dejando el cuerpo.

Según explica el científico Korotkov, el ombligo y la cabeza son las partes que primero dejan su energía vital (lo que sería el alma) y la entrepierna y el corazón son las últimas zonas donde permanece el espíritu antes de sufrir la fantasmagoría de lo infinito.

En otros casos, Korotkov  dice que ha notado que "el alma" de las personas que muere de forma violenta o inesperada, su energía por lo general se manifiesta en estado de confusión y vuelve al cuerpo en los días que le siguen al fallecimiento. Esto podría por la energía extra que quedó sin utilizarse, o a un miedo terrible a abandonar un cuerpo muerto, publica sdp noticias debeforeitsnews.com

La técnica desarrollada por Korotkov, quien es director del Instituto de Investigación de Cultura Física de San Petersburgo, es avalada como una tecnología médica por el Ministerio de Salud de Rusia y es utilizada por más de 300 médicos en el mundo para monitorera el estrés y el progreso de pacientes tratados para ciertas enfermedades como el cáncer. Korotkov dice que su técnica de visualización energética podría servir para observar todo tipo de imbalances biofísicos y realizar un diagnóstico en tiempo real y también para mostrar si una persona en realidad tiene poderes psíquicos o es un fraude.

Esta técnica, que mide en tiempo real y de forma amplificada la radiación estimulada por el campo electromagnético, es una versión más avanzada de la tecnología ideada por Semyon Kirlian para medir el aura.

En esta entrevista en video Korotkov habla del efecto en el campo bioenergético que tienen los alimentos, el agua y hasta los productos cosméticos. Y hace hincapie en beber agua de mananatiales y comida orgánica, particularmente notando que el aura de las personas en Estados Undios resiente los efectos negativos de tecnologización de los nutrientes tan distribuída en esa sociedad.

También advierte sobre el uso de celulares y la radiación negativa que estos tienen siendo muchas veces cancerígenos, algo que diversos estudios parecen confirmar.

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