17 noviembre 2012

La Renovación de Nuestras Mentes


Una Mente Profundamente Renovada
(entendimiento)

"Transformados, no adaptados". Dedique su vida cristiana al cambio constante. No se acomode ni permanezca en el estado de transformación que ahora tiene, debemos perseverar; "esforzados y valientes". Como cristianos discípulos, exaltadores de Cristo, somos completamente inútiles si todo lo que hacemos es adaptarnos al mundo en su estilo de vida: costumbres, modas, medios de comunicación, etc., todo lo que nos rodea. Nadie esta obligado a ver, oír y convivir con lo que nos puede hacer daño en nuestra mente, nos cuidamos de lo que comemos para no enfermarnos del estómago, pero no nos cuidamos con lo que nutrimos nuestra mente, donde la gran moyoria de sucesos se almacenan en nuestro corazón; En Mateo 15: 18  Jesús dijo "... lo que sale de la boca, del corazón sale; y esto contamina al hombre" 19 Porque del corazon salen los malos pensamientos , los homicidios, los adulterios.... Examinemos nuestro hablar: ¿de qué  hablamos? del amor de Dios o de nuestras pasiones desordenadas, conforme sea nuestro hablar así será el grado de contaminación, y esto se refleja en nuestro  testimonio de vida que presentamos al mundo, el cual debe  ser digno del Señor, y es un proceso día a día;  "Mas la senda de los justos es como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que el día es perfecto".  Dios nos advierte que debemos huir, y no dijo debemos compartir para no sentirnos rechazados.  Muchos cristianos tiran a la basura sus derechos o venden su progenitura como hijos de Dios al ser succionados por la fuerza de gravedad del mundo, que ejerce poder sobre aquellos débiles de fe. La exhortación es clara: ¡ transformense! Pablo está hablando de un crecimiento continuo en el presente, con la ordenanza negativa de no adaptarnos a este mundo. Pero, ¿cómo sucede esto? ¿Cuáles son sus implicaciones? ¿Se trata acaso de estudiar detenidamente la manera en que el mundo se viste, lo que mira, lo que escucha, lo que compra, en qué se entretiene, y entonces hacer lo opuesto? Bueno, puede que se produzcan cambios en muchos de estos aspectos, pero no es esa la esencia del texto. Se nos dice: transformense mediante la renovación de su mente. No se trata de limpiar primero lo exterior de la copa, sino el interior. En otras palabras, la no adaptación y la transformación en lo exterior deben fluir desde su interior repudiando lo que no lo deja avanzar a una mente renovada.  Y la clave para no desperdiciar nuestras vidas con falsas creencias donde la humanidad  muestra una clase de éxito,  prosperidad y competitividad, que siempre termina en camino de perdición; según Pablo  es ser transformados:


Esa palabra, transformación, es utilizada solo una vez en todos los evangelios, exclusivamente, cuando se refiere a Jesús en el monte de la transfiguración (el monte de la transformación  la misma palabra, metemorphõthë): “y se transfiguró delante de ellos; y su rostro resplandeció como el sol, y sus vestiduras se volvieron blancas como la luz” (Mateo 17:2; Marcos 9:2). Imagen  de nuestra transformación  al ser renovada nuestra manera de pensar,  para vivir como vivió Cristo aquí en la tierra. Para lograrlo debemos tomar la Palabra de Dios que es transformadora,  hace cambiar el carácter, las costumbres, etc., de una persona, quiero notar que el temperamento no fue dispuesto por Dios, sino que fue desarrollado en nuestros ancestros como un mecanismos de defensa" de su emancipación hacia el Creador, El problema es que todavía tenemos esa "memoria genética" de independencia de Dios, y la respuesta del cuerpo es la misma por la contaminación del pecado,  donde estamos librando la batalla hasta que partamos de este cuerpo. 
Hemos hablado con anterioridad de dos sistemas, (ver archivo) de dos maneras de usar la Palabra de Dios terapéuticamente;  La consejería noutética es una forma o método de consejería donde se  amonesta,  corrige o instruye. Basada en Romanos 15:14, se afirma que el instrumento exclusivo de cambio para el ser humano es el Espíritu Santo a través de la Palabra de Dios. Como también el método "terapia de palabra metanoia"  donde nos basamos en  Hebreos 4:12,  arrepentimiento y conversión,  donde se hace énfasis en la restauración, es el movimiento interior que surge en toda persona que se encuentra con Cristo. Es un proceso hacia el total cambio interior, una transformación profunda de la mente y del corazón.  Para la ciencia es  como un "cambio de mentalidad" (no olvidemos que la mene tiene un “espíritu “que solemos llamar “mentalidad”) que conduce a cambiar de modo de ser o de meta, más allá  del nous (inteligencia) de la mente.  Este proceso  según el psicólogo Peter Senge,  es comprender lo que significa aprender en relación con la metacognición; respondiendo a la necesidad de una transición, desde un aprendiz pasivo dispuesto a aprender de forma adaptativa y reproductiva lo que se le pida hacer, hacia un aprendiz generador y constructivo, orientado a la búsqueda del significado de lo que hace; (se entiende por metacognición que tiene la capacidad de comprender y reflexionar respecto al estado mental de sí mismocomo de percibir y así poder llegar a reflexionar y comprender en relación a las sensaciones propias y del prójimo)  en este caso principalmente por signos corporales que el otro da  logrando así el sujeto prever el propio y ajeno comportamiento. Tal capacidad de percepción comprende un conjunto de sensaciones, creencias, emociones, etc. Es un cambio de enfoque, un cambio de perspectiva a otra, lo que a su vez está en relación con la percepción en la psicología cognitiva, que para el no creyente es uno de los planteamientos de las teorías constructivistas del aprendizaje significativo. El problema es que es una teoría, ya que no pueden conocer por si mismos, que poder hay mas haya de nuestra razón y comprensión desde lo humano. Por lo tanto el cambio es parcial es decir des afuera hasta lograr el control de sus emociones, pero no es profundo no va ni puede ir al espíritu de la persona. 

La Transformación No Es Solo Externa. Hago este señalamiento por una razón: para dejar claro que la inconformidad con el mundo, no significa principalmente evadir externamente las conductas mundanas. Está incluido. Pero usted puede evitar toda clase de comportamiento mundano y sin embargo no ser transformado: “su rostro resplandeció como el sol, y sus vestiduras se volvieron blancas como la luz”. Algo así nos ocurre tanto espiritual como moralmente. Mentalmente, primero por dentro, y después, más adelante, en la resurrección ocurre externamente. Así habla Jesús de nosotros, en la resurrección: “Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre” (Mateo 13:43). La transformación no es cambiar de la lista de acciones de la voluntad  de la “carne” por la lista de acciones de la ley. Cuando Pablo reemplaza la lista las obras de la carne (actos pecaminosos), no las cambia por la obras de la ley, sino por el fruto del Espíritu (virtudes) (Gálatas 5:19-22). La alternativa cristiana ante la conducta inmoral, no es crear una nueva lista de comportamientos. La alternativa cristiana para la inmoralidad, es el poder triunfante y la transformación del Espíritu Santo mediante la fe en Jesucristo —nuestro Salvador, nuestro Señor, y nuestro Tesoro. “[Dios] nos hizo suficientes como ministros de un nuevo pacto, no de la letra, sino del Espíritu; porque la letra mata, pero el Espíritu da vida” (2da a los Corintios 3:6). De modo que la transformación primeramente debe ser en lo espiritual es un profundo cambio interno, pagado por la sangre de Cristo, y llevado a cabo por el Espíritu Santo.

Un Medio de Transporte Esencial. Y en Romanos 12:2 Pablo se enfoca en un medio de transporte esencial —“la renovación de vuestra mente”. “Y no os adaptéis a este mundo,  ¡Oh, cuán importante es! Si anhela liberarse de la conformidad con el mundo, sus hábitos y costumbres,
Si anhela ser transformado desde adentro hacia afuera y volverse un nuevo ser, coherente en sus partes.
Si anhela dejar de ser un simple creyente manejado por el deber, y anhela comenzar a hacer lo que ama hacer, hacerlo porque lo que ama hacer es lo que debe hacer, con convicción y radicalismo.
Si anhela ofrecer su cuerpo como un sacrificio vivo es privar sus malos deseos antes de cometerlos,  a fin de que toda su vida sea un acto espiritual de adoración y muestre el valor de Cristo por encima del valor del mundo.
Entonces entréguese ha obedecer a Cristo para que su conducta cambie y persiga, persevere  con obstinación la renovación de su mente, para que se mantenga disciplinadamente como cuerpo de Cristo. Porque la Biblia dice, que esa es la clave para alcanzar la transformación: “la renovación de vuestra mente”. “Y no os adaptéis a este mundo, sino transformaos mediante la renovación de vuestra mente”. Debemos unirnos al Espíritu Santo en su preciosa e importantísima obra. Debemos perseguir la verdad que exalta a Cristo, y rogar para que el Señor nos permita abrazar humildemente esa verdad. Escuchar las ricas exposiciones del “evangelio de la gloria de Cristo”. Lea y medite en los escritos de grandes hombres y mujeres altamente espirituales, que exaltan a Cristo y están saturados de verdades Bíblicas. Y créanse el hábito de meditar acerca de la perfección de Cristo. Y en todo ello, ore, ore, ore para que el Espíritu Santo renueve su mente, a fin de que pueda desear y aprobar la voluntad de Dios, para que todo lo que haga en su vida se vuelva una adoración a la gloria de Cristo.
El Espíritu Santo Renueva la Mente. Lo anteriormente expuesto nos trae finalmente al remedio, y nos muestra cómo podremos obedecer: “transformaos mediante la renovación de vuestra mente”. Primero, antes de que podamos hacer algo, se requiere una doble acción del Espíritu. Y luego, nos  unimos a él en esas dos. Digo que se requiere la acción del Espíritu Santo, porque esta palabra: “renovación”, en Romanos 12:2 es utilizada solo una vez en otro lugar, en toda la Biblia griega,  específicamente en Tito 3:5 donde Pablo dice: “Él nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino conforme a su misericordia, por medio del lavamiento de la regeneración y la renovación por el Espíritu Santo”. Ahí está la palabra “renovación” que ya hemos visto que es tan necesaria. Y es una renovación por el “Espíritu Santo”. El Espíritu renueva la mente. Esta renovación es, primero que nada, y decisivamente, una obra del Espíritu Santo. Dependemos radicalmente de él. Nuestros esfuerzos siguen sus iniciativas y es el Espíritu quien nos capacita. Ahora bien, ¿cuál es la doble obra que el Espíritu Santo debe realizar en nosotros para renovar nuestras mentes, a fin de que toda nuestra vida se vuelva una constante adoración a Dios? 2da a los Corintios 3:18 prepara las condiciones para la respuesta: “Por tanto, todos nosotros, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor” [RVA] ¿Qué hace el Espíritu para transformarnos en la imagen del Hijo de Dios, que glorifica a Dios? El Espíritu nos capacita para contemplar la gloria del Señor. Es así como se renuevan nuestras mentes —contemplando tenazmente las glorias de Cristo como realmente son. Pero para hacernos capaces de contemplar así la gloria de Dios, el Espíritu debe realizar una doble obra. Debe obrar en dos direcciones:

El Espíritu debe trabajar de adentro hacia afuera; rompiendo el endurecido corazón que ciega y corrompe nuestra mente. Exponiendo la mente a la verdad que exalta a Cristo. Es decir, debe llevarnos a escuchar el evangelio, a leer la Biblia, a estudiar los escritos que exaltan a Cristo y fueron realizados por grandiosos hombres espirituales, y a meditar en la perfección de Cristo. Esto es exactamente lo que nuestro enemigo no quiere que hagamos, según 2da a los Corintios 4:4, “el dios de este mundo [Satanás] ha cegado el entendimiento de los incrédulos, para que no vean el resplandor del evangelio de la gloria de Cristo. Porque ver la gloria de Cristo por lo que realmente es, dice Pablo, renovará la mente y transformará la vida y producirá una adoración infinita.

El Espíritu debe trabajar de afuera hacia adentro; mediante la verdad exaltadora de Cristo, y de dentro hacia afuera, abrazando humildemente la verdad. Si solo obrase de afuera hacia adentro, presentando, a nuestras mentes la verdad exaltadora de Cristo, pero sin romper nuestro endurecido corazón y haciéndolo humilde, entonces la verdad sería despreciada y rechazada. Y si solo volviera humilde a nuestro duro corazón, sin poner frente a nuestras mentes la verdad exaltadora de Cristo, no habría Cristo que abrazar y no tendría lugar la adoración. Ejemplo los monjes del Tibet, 

Comprobar y Aprobar. Pero no es ese el énfasis del versículo 2. Aquí encontramos una palabra muy importante cuyo significado necesitamos esclarecer. La RVR60 dice que Dios renueva nuestras mentes de manera que comprobemos “cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”. Como pueden ver, la palabra clave es "comprobar". Es una palabra tremendamente importante, que tiene dos implicaciones: La idea de verificar o demostrar la validez de algo; y la capacidad de medirlo y de reconocer su valor cuando lo vemos. Es muy difícil en nuestra lengua poder expresar ambas ideas con una sola palabra. De hecho, la New International Versión en inglés lo hace usando dos palabras. Se refiere a la renovación de nuestra mente al decir: “There you will be able to test and approve what God’s will is –his good, pleasing and perfect will” [Así podrán comprobar (y aprobar) cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta]. Esa es la idea general: Comprobar y AprobarEntonces, ¿cuál es la esencia del versículo 2? Creo que va mucho más allá del solo hecho de pensar correctamente, se trata de valorar correctamente. No sólo comprobar correctamente, sino aprobar correctamente. No sólo examinar correctamente, sino atesorar correctamente. Déjeme ver si puedo mostrarle la diferencia de la siguiente manera: tal vez sería posible enseñarle a una persona con poca educación, cómo reconocer algunas de las características del oro sin que sepa cuán valioso es este metal. Así pues, pudiera incluso emplear a esta persona por un dólar diario para que le ayude a cribar oro en un río; la persona reconocería con precisión las pequeñas piedras amarillas, aportándole a usted una ganancia de miles de dólares en pepitas de oro.
Saboreamos la voluntad de Dios
Pero no es de este tipo de renovación de la que nos habla Pablo. Él no nos está instando a que leamos cierta cantidad de libros o escuchemos algunos sermones para poder reconocer una buena obra y ponerla en práctica con disciplina. Está diciéndonos: sean renovados de manera tan profunda en sus mentes, que sean capaces, no solo de reconocer y tasar el oro cuando lo vean, sino también de amarlo, darle valor y atesorarlo. Es lo que nos quiere decir la Escritura en este pasaje (vea Romanos 1:28 y 14:22; 1ra a los Corintios 16:3). Ahora podemos ver que este tipo de renovación es más que una lección de lógica. Si quiere saber si cierta sustancia es dulce, lo puede hacer razonando lógicamente: si es ámbar, pegajosa, viene de un panal, se cristaliza al entrar en contacto con el agua y hace brillar los ojos de un niño de dos años al ponerla en una tostada; entonces, inferimos, debe ser miel, y la miel es dulce. No es esa la única manera en que Romanos 12:2 quiere que distingamos la voluntad de Dios. La manera de saber si esta sustancia es dulce, es por el poder del paladar, no de la lógica. Con las herramientas dadas por Dios “El Yo Soy” que es su Palabra,  podemos decir que se da el paso fundamental para superar el estilo de vida que nos cautiva el mundo, es revisar nuestras convicciones. No hablamos de una serie de reglas o principios que nos parecen adecuados, sino de aquella clase de convicciones por las que estamos dispuestos a dar nuestra vida.  El cristianismo no es un conjunto de enunciados filosóficos, que ayudan a las personas a sentirse mejor, o una serie de reglas para hacer la vida más aburrida, de ninguna manera es una religión como tampoco el aislarse de la sociedad. ¡CADA CRISTIANO ES LLAMADO a la lucha! Es una lucha espiritual donde debemos desarrollar el discernimiento para tomar las decisiones correctas. La Biblia habla de tres enemigos terribles que luchan contra el cristiano: La carne, el mundo y el diablo. Se trata de una relación personal con el Creador del Universo, buscarlo fervientemente, permitir que nos llene de su amor, compartir tiempo con él, y conocer su carácter, digo su carácter porque  Él es inmutable (no necesita de temperamento ni de personalidad). Nunca podrá resistirse a enamorarse del Señor cuando haga eso, si busca con un corazón sincero la verdad acerca de la vida de Cristo, encontrará la historia mas maravillosa que jamás se haya escrito, donde el Dios todo poderoso, tomó la decisión de entrar en un cuerpo mortal y entregar su vida, en rescate por nosotros, y el único que ha resucitado con un cuerpo glorioso para poder llevarnos a la eternidad en su compañía.

Una Mente Profundamente Renovada. Ahora volvamos al pasaje de Romanos 12:1-2 y veámoslo desde esta nueva perspectiva. La raíz de la vida cristiana, según el versículo 2, es una mente profundamente renovada; la cual no solo piensa de manera clara, también evalúa con veracidad, valora con exactitud, aprueba con fortaleza y atesora con pasión lo que es bueno, agradable y perfecto. Esto es sumamente importante para nuestra vida diaria porque el 95% de las cosas que hacemos durante el día, las hacemos sin intención lógica de largo alcance. Sencillamente actuamos de manera espontánea, según el espíritu de nuestra mente (Efesios 4:23), o al decir de Jesús, “de la abundancia del corazón” (Mateo 12:34). Por tanto, para vivir la vida cristiana con algo de autenticidad debemos entrar en un proceso de profunda transformación, mucho más profundo que el mero hecho de pensar de la manera correcta. Entonces, el versículo 2 nos dice que esta profunda transformación de la manera en que evaluamos, aprobamos y valoramos la realidad, nos guía a una vida transformada que no es conforme al mundo. Ahora bien, esta conformidad no es solo algo externo o forzado, sino interno, natural y libre, que fluye de nuestros nuevos valores y maneras de ver la vida, directamente de aquello que atesoramos. Sin embargo, esto también provoca un cambio externo y nos pone en una situación de inconformidad con el mundo. Es entonces que nos sorprendemos haciendo cosas que Pablo llama la voluntad de Dios. El patrón de vida según el cual Dios nos está llamando a vivir debe estar en completa armonía con las nuevas capacidades que él nos da para aprobar lo que es bueno, hermoso y verdadero; así como los  nuevos valores y lo que atesoramos. Hay cosas buenas, aceptables y perfectas (son diferentes maneras de hablar acerca de lo que Dios nos llama a hacer en contextos diferentes).
Ahora bien, ¿cómo se relaciona todo esto con el versículo 1? ¿Qué relación guarda con el sacrificio vivo de nuestros cuerpos ofrecidos a Dios, que es nuestro culto racional? En mi opinión, es sólo una manera de describir lo que representa esa ofrenda de adoración. El versículo 2 nos describe un sacrificio vivo porque a través de la renovación de nuestra mente, muere toda la manera en que verificamos, evaluamos, aprobamos, valoramos, y atesoramos las cosas de este mundo. Entonces podemos decir como decía Pablo: “[…] el mundo ha sido crucificado para mí y yo para el mundo”(Gálatas 6:14). Así pues, la renovación de nuestro entendimiento es la muerte de los viejos valores y la entrada en nuestras vidas de valores totalmente nuevos. Es la muerte de nuestra antigua manera de atesorar las cosas de este mundo; léase   televisión, comida chatarra, literatura de información cultural o codicia hacia el dinero, y el renacer de nuevos capullos espirituales en nuestras vidas llevándolos a un sincretismo. Pero el Espíritu dice claramente que en los últimos tiempos algunos apostatarán de la fe, prestando atención a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios, I Tm 4:1. Ahora bien, hermanos, les mandamos en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que se aparten de todo hermano que ande desordenadamente, y no según la doctrina que ustedes recibieron de nosotros. 2 Tesa 2.15

CONCLUSIÓN: Si las ideas y prácticas de este mundo, nublan su visión de la realidad, y de las cosas más importantes, vuelva su mirada a la Cruz del Calvario, ahí encontrará que lo único que realmente tiene valor, es que nuestra vida sea agradable, para Aquel que estuvo dispuesto a morir por nosotros.

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