23 mayo 2014

La pandemia de un "Vacío Interior" dramático

·                     Módulo II. Corazon evolución de la conciencia

Por: Carlos A Venegas M.ps

Todas las enfermedades comienzan básicamente con un desequilibrio en la mente y en menor proporción en el cuerpo (es de notar que se puede originar en cualquiera de estos lugares y luego propagarse al otro). El estado emocional prima sobre el organismo humano para desarrollarse una enfermedad, son contados los casos adversos en la ciencia médica donde sea el cuerpo físico que predomine sobre las emociones. Aunque usted no lo crea las enfermedades son el mejor diagnóstico para saber el estado de nuestras emociones, así como lo lee, las enfermedades son la señal de nuestra vida interior, lamentablemente dentro del personal de la salud no hay unanimidad en el concepto. El organismo es la vía por la cual exteriorizamos nuestros temores, resentimientos, celos, angustias, desamor, soledad etc. Tarde o temprano afloran a través de una enfermedad. Pero la razón de ellas sigue siendo un misterio para la ciencia médica, la que nunca será capaz de resolver tan oculto enigma por su propia inteligencia. Con esta pequeña introducción hablando de las enfermedades doy inicio a esta sinopsis. 
No hay que desconocer que en medio de los grandes avances tecnológicos y de conocimiento de las ciencias, el hombre contemporáneo, fascinado por sus logros llevándolo a idolatrarse, tiende a considerarse como único dueño de su propio destino, es consecuencia del fenómeno de la mundialización (donde los afanes del mundo priman), otra manera de llamarle a la globalización (nuevo orden mundial). Pero esta actitud de suplantar a Dios no anula la aspiración al “infinito” que palpita en lo más íntimo de nuestro ser y que por obvias razones nos lleva a pensar en la muerte, el desconocer a Dios consiste en "que la persona se encierra en sí misma, cae en el egoísmo que le impide amar y comprometerse de manera seria y estable, lo cual destruye esos anhelos universales de amor y libertad." Esta separación de Dios lo lleva a trasgredir la voluntad del “Creador” (pecado) llegando a vivir "un vacío interior dramático” con el conformismo de una vida de instintos y placeres, experimentado la ausencia de Dio, negando su esencia espiritual para la plenitud de la vida.
Como en numerosas ocasiones se ha comentado, no somos sólo cuerpo y alma, también estamos constituidos por espíritu. El problema generalizado de la humanidad es que está ausente su parte esencial y primaria, su espíritu, y si este se encuentra sin vida, es decir un espíritu inerte, va a ocasionar que las emociones (que estan en deterioro) estén descontroladas, sin medida y en una mente manipulada; esto puede suceder por alguna de estas dos causas, el torrente sanguíneo (la perfusión cerebral que causa el flujo sanguíneo cerebral “FSC”) donde la sangre es el autor principal ya que es ahí donde se anida el temperamento,  o por fuerzas externas espirituales usando los sentidos. Cualquiera de estas dos causas genera pensamientos naturalmente pecaminosos, que descomponen el sistema nervioso cerebral, los sentimientos pecaminosos estremecen al gran simpático y las acciones pecaminosas alteran a los sistemas muscular y óseo, el resultado es un vacío interior  que ocasiona la enfermedad. Lo cierto es que la sangre es portador y transmisor de la vieja naturaleza o también llamada carne (no mora el bien), como también de enfermedades como VIH; próximamente escribiré sobre este tema “En la sangre esta la vida y la muerte.”
Al encontrarse en un estado “espiritual inerte” la persona se siente vacía, este vacío está íntimamente relacionado con el cuadrante espiritual que se refleja en el organismo mediante la enfermedad. Está comprobado que dependiendo de nuestro estado emocional, así será nuestra salud integral y la calidad de vida que tengamos en este mundo. Sentirse vacío es un estado en el que la persona no encuentra sentido a su vida, no encuentra sentido a nada de lo que hace o dice, ni encuentra el para qué de su existencia. Solamente existe una impulsividad natural en el ser humano, es como un embrión en gestación pero que no ha nacido o nunca nacerá, sino que se mantiene en una espiritualidad natural, precaria, un principio incipiente, una parte muerta para su función vital de vida. Al no tener vida ese estado espiritual, provoca un vacío interno en lo más profundo de su ser, es decir en su alma.  En definitiva el área espiritual  (alma y espíritu) necesita más cuidados que el cuerpo por lo consiguiente el alma hay que aprender a cuidarla, a reeducarla y a sanarla; para eso debe estar conducida por una espiritualidad sobrenatural (Elohim), donde  la persona encuentre sentido a su vida y a su existencia (alma regenerada). Si en tu área espíritual reina la confusión, estarás confundido ante la vida, estarás vacío ante la vida. No le faltaba razón al psicólogo Viktor Frankl creador de la logoterapia cuando dijo "La vida exige a todo individuo una contribución y depende sólo de él descubrir en qué consiste" Es una teoría psicoterapéutica que se ocupa del vacío existencial y de cómo hipotéticamente llenarlo: su creador, discípulo de Sigmund Freud dice que la raíz de la motivación humana es lo que llamó “voluntad de sentido”, por la que las personas que tienen una fe poderosa en un futuro mejor y proyectos con los que se comprometen, hallan un propósito que los arraiga en la realidad y logran trascender las circunstancias del momento porque encuentran en su vida un sentido más allá de esas circunstancias. El sentido es lo que cada ser humano busca. Muchas personas no tienen claro cuál es el propósito que las motiva, cumplen con su trabajo, con sus obligaciones familiares, se ocupan de sus padres mayores, pero lo hacen todo como si hubieran puesto el piloto automático (impulsividad natural), como si no hubiera un conductor tomando las decisiones de su vida. Para Frankl, uno de los síntomas más claros de esta situación es el aburrimiento, por lo tanto queriéndolo llenar con adicciones: alcohol, drogas, comida y trabajo en exceso. Cada vez más la tecnología, las pantallas: el televisor, la computadora, la industria del entretenimiento, el consumo, las obsesiones: la limpieza, el orden, la salud, la dieta o dedicarse neuróticamente a un hobby recién descubierto para pasar a otro poco tiempo después; para Viktor Frankl es evidente que la persona que padece estos síntomas, no tenía  claridad  del problema sino la manifestación del problema.
Las soluciones que prometen resolver de un día para otro los problemas de la vida siempre son un indicio de que la persona está huyendo del vacío interior. Incluso las relaciones y la actividad física, nec
Corazón guarda lo que la mente se impacta
El corazón guarda lo que en la mente se impacta
esarias para una vida sana, practicadas compulsivamente pueden ser indicadores de una vida desconectada del sentido de su existencia, modos de huir del doloroso agujero en el centro del pecho que es estar a la deriva y vivir sin sinsentido. Desde el conformismo de hacer siempre “buena letra”, o desde la rebeldía de la eterna adolescencia, el resultado es el mismo: personas buscando cómo tapar la angustia existencial. ¿Cuáles son sus hábitos su manera de reaccionar ante las situaciones de riesgo o las conflictivas?, aparecen síntomas como falta de motivación, desesperanza, carencia de proyectos, sensación de extrañamiento, desasosiego, sentimiento de inseguridad y de temor a la vida y ausencia de sentido de la existencia. ¿Qué es lo que se busca?, ¿cómo se encuentra el sentido de la vida? Afirmándose en lo que hace al ser humano: su identidad espiritual, el autoconocimiento, la intimidad en el contacto con otro, la expresividad y la creatividad, los valores o actitudes como el amor, la compasión, el perdón, el sentido del humor, la risa y la valentía. Incluso el dolor cuando se lo acepta dignamente y se lo transforma en crecimiento. La respuesta al  “vacío interior” que se manifiesta como depresión; este estado invade el pensamiento y lleva a una persona a creer que la vida es así. El vacío interior, el tedio, el aburrimiento, la desesperanza y hasta la depresión surge cuando se pone el empeño en vivir para afuera dependiendo de lo externo y de las circunstancias, creyendo que la felicidad, paz y gozo es algo que se puede comprar. Pero todos sabemos que aun teniéndolo todo, la vida puede resultar vacía y sin sentido, porque todo es vanidad. En la Biblia hay un libro bastante llamativo, al menos en su nombre, denominado en la lengua original: COHELET, o El Predicador, o Eclesiastés. Este enigmático libro de la Biblia, cuyo tema principal es la búsqueda de sentido, de significado en la vida. A lo largo de todo el libro, el autor va transitando las mismas calles, los mismos caminos que cualquiera de nosotros camina diariamente, buscando significado y sentido en la vida; buscando saber para qué existimos, para qué estamos en este mundo. Son precisamente partes de este libro las que en este estudio Dios va a usar para que usted encuentre un verdadero sentido para su vida. En primer lugar, hay un punto clave que debemos tener en cuenta para conseguir ese nada sencillo logro: reconocer nuestra necesidad; asumir que así como estamos y aunque podamos disimularlo muy bien, no funcionamos, porque estamos vacíos. El rey Salomón le había reclamado a Dios que le diera sabiduría. Que esa sabiduría que provenía de Dios fuera derramada sobre su vida. Y entonces este hombre, a quien Dios dotó de una sabiduría especial, superior a todos los hombres de su época, según la Biblia misma lo indica, se dio cuenta, a partir de esa misma sabiduría que había recibido, que su vida no tenía sentido; que estaba vacío.
(Eclesiastés 1: 2) Vanidad de vanidades, dijo el Predicador; vanidad de vanidades, todo es vanidad. Sentir que todo es vanidad; sentir que nada tiene relevancia o importancia; que no hay andar en la vida que realmente valga, que a través de ningún logro ni ninguna actividad podemos llenar ese vacío interior. Es por eso que dice; (Eclesiastés 2: 17) Aborrecí, por tanto, la vida, porque la obra que se hace debajo del sol me era fastidiosa; por cuanto todo es vanidad y aflicción de espíritu. Todo es vaciedad. Todo es vanidad y aflicción de espíritu. Aborrecí la vida. Este hombre decía: si esto es la vida, yo no la quiero vivir. Si vivir es existir con esta sensación de vacío, de languidez espiritual, con este hueco interior, entonces la vida no vale nada. Vacío interior; esa sensación que no sabemos muy bien cómo explicarla, como definirla, pero que está allí, que se mantiene de manera permanente en nuestra vida, provocándonos una continua sensación de insatisfacción.
Pero la experiencia del rey Salomón, no es la experiencia de un hombre aislado; es la experiencia de todo ser humano. Quizás usted mismo se siente así en este tiempo. Si usted está así frente a una situación en donde es consciente de que no hay satisfacción, que no hay plenitud, que no hay sentido de realización en su vida, que se siente vacío, está ante dos alternativas a seguir: seguir como si nada pasara, envuelto en ese sentimiento de desdicha, de infelicidad, o hacer lo que hizo el rey Salomón.
¿Qué hizo Salomón? Emprender el camino a buscar el sentido de la vida, el propósito de su existencia. Eso es lo que Salomón empezó a hacer. Y lo primero que él creyó, fue que la búsqueda del sentido, del propósito en la vida, lo iba a encontrar en su trabajo. Muchas personas bien intencionadas, piensan que el sentido de la vida está en su trabajo. Asómese al exterior donde quiera que usted viva hoy, y podrá verlo.
Elvis Presley El Rey del  and roll
aparentemente lo tenia todo
Muchos, conscientes de su vacío, se encierran en sus actividades; no tanto porque vivan para trabajar, sino más bien porque pretenden ocultar, esconder su insatisfacción por medio de un activismo desmedido y hasta descontrolado. Sea como sea, Salomón creyó que en el trabajo iba a encontrar la satisfacción para su vida; pero no fue así. (Eclesiastés 1: 3)= ¿Qué provecho tiene el hombre de todo su trabajo con que se afana debajo del sol? Por supuesto que esta es una pregunta retórica que tiene como respuesta, nada; porque después él va a decir que todo es vanidad de vanidades, etc. Ahora, sin embargo, en el capítulo 2 y verso 18 y también en el capítulo 2 y verso 23, él se encarga de responder a esta pregunta retórica; (Eclesiastés 2: 18) Asimismo aborrecí todo mi trabajo que había hecho debajo del sol, el cual tendré que dejar a otro que vendrá después de mí. (Eclesiastés 2: 23) Porque todos sus días no son sino dolores, y sus trabajos molestias; aún de noche su corazón no reposa. Esto también es vanidad.Salomón tomó conciencia que su primer camino escogido, la primera senda que él había elegido para encontrar sentido a la vida no le llevaba a nada, sino a más vanidad, a más vaciedad, a más desilusión y vacío. El trabajo es muy bueno, pero no es ni puede ser el centro de la vida del hombre. Ahora bien; ¿Qué hizo Salomón? ¿Se dejó estar y vivir a lo que saliera? No. Tomó otra dirección: la de tratar de buscar conocimiento, mucha ciencia; a encontrar el sentido a su vida. Hoy, muchos piensan de la misma manera. (Eclesiastés 1: 17-18) Y dediqué mi corazón a conocer la sabiduría, y también a entender las locuras y los desvaríos; conocí que aún esto era aflicción de espíritu. Porque en la mucha sabiduría hay mucha molestia; y quien añade ciencia, añade dolor. Esto no es una apología para no estudiar o para no prepararse, al contrario; pero la conclusión de Salomón fue que no sólo no llenó su vacío, sino que a causa de su conocimiento mayor, cuanto más conocimiento tenía, mayor conciencia de su falta de sentido, de su vacío interior iba adquiriendo, mayor fue su dolor. Cuando se dio cuenta de esto, Salomón buscó el sentido de su vida por otro camino, el camino del dinero. ¿Qué hizo Salomón? Lo mismo que muchos están haciendo hoy: ".Voy a buscar ganar la mayor cantidad de dinero que pueda." (Eclesiastés 2: 1) Dije yo en mi corazón; ven ahora, te probaré con alegría, y gozarás de bienes. Mas he aquí esto también era vanidad. Buscó gozarse en los bienes, en las riquezas, en el tener; pero se quedó vacío. Y no porque no hubiera alcanzado las riquezas que perseguía, no por frustración a su ambición, sino todo lo contrario. A un pobre indigente es imposible hacerle entender esto. Porque, al igual que la salvación, sólo se entiende con la convicción y la ayuda del Espíritu Santo. (Eclesiastés 2: 8) Me amontoné, (Mire el verbo que usa: amontoné) .también plata y oro, y tesoros preciados de reyes y de provincias; y me hice de cantores y cantoras, de los deleites de los hijos de los hombres, y de toda clase de instrumentos de música.
Dice Jesús, cuando habla del afán y la ansiedad por las cosas materiales que Dios viste a los lirios del campo de una manera más lujosa que el rey de Israel más lujoso de todos los tiempos: salomón. Salomón dice: amontoné todo, pero eso no pudo comprar la felicidad para mi vida. (Eclesiastés 5: 10) El que ama el dinero, no se saciará de dinero; y el que ama el mucho tener, no sacará fruto. También esto es vanidad. Pero Salomón no se conformó; buscó otro camino. La búsqueda del sentido en el placer. ¿Y qué hizo Salomón? Lo que hacen muchos que tienen mucho dinero pero no están satisfechos: buscan el placer por el placer mismo, sin otro motivo. Este es el camino preponderante en el mundo de hoy: el hedonismo. (Eclesiastés 2: 10) No negué a mis ojos ninguna cosa que desearan, ni aparté mi corazón de placer alguno, porque mi corazón gozó de todo mi trabajo; y esta fue mi parte en la faena. Fíjese que Salomón está diciendo: no me perdí ningún placer. Todo lo que él pensara que podía proporcionarle placer no lo puso en duda: lo hizo, lo vivía intensamente. ¿Lleno eso su vida? ¿Le dio satisfacción? ¿Le dio sentido a su vida esa vivencia? ¿Alcanzó esa felicidad? (Eclesiastés 2: 2) A la risa dije: enloqueces; y al placer: ¿De qué sirve esto? No le sirvió de nada. Entonces entró en otra. La búsqueda del sentido de la vida en el status. Como vimos, tenía de todo. Había amontonado de todo. Pero cuando uno entra por este camino, no alcanza a llenar el vacío con tener mucho. No alcanza con tener lo suficiente. Se necesita tener la seguridad que uno tiene más que los demás. Es tratar de llenar el vacío con la apariencia; con el reconocimiento de los demás, que esos demás vean que yo alcancé el éxito; que los demás vean mi nivel; que los demás me admiren, me valoren. Muchas personas inseguras sólo pueden sentirse fuertes cuando pueden aparentar que tienen, o que saben, o que mandan, o que son importantes. Y es lo que buscó Salomón. (Eclesiastés 2: 4-7) Engrandecí mis obras, edifiqué para mí casas, planté para mí viñas; me hice huertos y jardines, y planté en ellos árboles de todo fruto. Me hice estanques de aguas, para regar de ellos el bosque donde crecían los árboles. Compré siervos y siervas, y tuve siervos nacidos en casa; también tuve posesión grande de vacas y de ovejas, más que todos los que fueron antes de mí en Jerusalén. Lo importante no era simplemente tener más, sino tener más que todos los que habían sido antes de él en Jerusalén. Competencia. Status. ¿Cuál fue el resultado de la búsqueda? Pues el que debía ser; no había ni la menor posibilidad que fuera otro. (Eclesiastés 2: 11) Miré yo luego todas las obras que habían hecho mis manos, y el trabajo que tomé para hacerlas; y he aquí, todo era vanidad y aflicción de espíritu, y sin provecho debajo del sol.
David Carradine: Quien hizo de Bill en ‘Kill Bill’
y protagonizó ‘Kung Fu’,
 
buscó el placer por el
placer mismo, sin otro motivo.
Y entonces probó otra: la búsqueda del sentido de la vida en una vida sexual disipada. Algunas personas que se sienten vacías deciden actuar del mismo modo. Hombres que estiman el éxito conforme a la cantidad de mujeres con las que se acuestan. Mujeres que entienden la experiencia y la madurez femenina en relación a la cantidad y variedad de amantes que hayan tenido. Los homosexuales, convencidos por la psicología secular de que la gran solución está en dar vía libre a su "conducta sexual diferente" y a una alternativa sexual no convencional. Pregunto: los resultados prácticos, ¿Le dan la razón a este proceder? Ore por la unción del Espíritu Santo. Después de gracias por la ciencia, pero por favor, rechace "la mentalidad de Freud". El rey Salomón entró en esa. El primer libro de los Reyes de Israel, dice que Salomón tuvo setecientas esposas y trescientas concubinas. ¿Y sabes cómo termina 1 Reyes 11:3? .Y sus mujeres desviaron su corazón, dice. ¿Se habrá dado cuenta, finalmente, él, de su error? (Eclesiastés 7: 26) Y he hallado más amarga que la muerte a la mujer cuyo corazón es lazos y redes, y sus manos ligaduras. El que agrada a Dios escapará de ella; mas el pecador quedará en ella preso. Y entonces probó otra. La búsqueda del sentido de la vida en la familia. Y Salomón hizo lo que hacen muchos que tienen dinero, que tienen status, que vivieron el placer y las demás cosas; cuando llegan a determinada edad, buscan la simplificación. La sencillez de la familia, rodearse de seres amados, de los hijos, de uno o dos amigos, o sea: tratar de disfrutar de todas estas cosas que antes dejó de lado por el dinero, por los placeres.  Nadie dice que eso esté mal. Lo que sí hay que aclarar es que eso no puede estar en primer lugar. Que se entienda que eso y no otra cosa le dará sentido a nuestra vida. (Eclesiastés 6: 3) Aunque el hombre engendrare cien hijos, y viviere muchos años, y los días de su edad fueren numerosos; si su alma no se sació del bien, y también careció de sepultura, yo digo que un abortivo es mejor que él. Si su alma no está saciada, ni el dinero, ni el conocimiento, ni la familia, ni una vida sexual hiperactiva, ni el placer, ni ninguna cosa, por buena que sea alguna de ellas, va a poder llenar ese vacío interior. Su alma tiene que estar saciada. Y después de probar por todos lados, Salomón, el hombre más sabio de su época, halló la clave. Uno lee este libro y aparentemente es un libro pesimista. Es un existencialista pesimista Salomón. Pero no es así, porque Salomón termina dándonos, como buen predicador que es, la clave para hallarle el real sentido a la vida, su realización. (Eclesiastés 12: 13) El fin de todo el discurso oído es este: teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre. 
La única forma en que el vacío de tu vida se llena, es nacer de nuevo, si, nacer del espíritu para salir de ese estado comatoso espiritual (si se me permite la expresión) la Biblia nos habla de la única forma que podemos salir, en su conversación con Nicodemo, el Señor Jesús insiste en la necesidad del nuevo nacimiento. Es necesario “nacer de nuevo”, “nacer de agua y del Espíritu”. Y añade: “Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es” (Juan 3:6). Es con el ETERNO que es el todo. Y el todo es vivir en una correcta relación con Dios. Lejos de Dios, siempre vamos a vivir vacíos.

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