19 julio 2016

La mente enferma; enferma al cuerpo

    Tema: ENFERMEDADES PSICOSOMÁTICAS; ¿ ES LA RESPUESTA DEL PECADO?
    Por: Carlos A Venegas M. ps.
    En el anterior artículo me referí sobre el origen de las enfermedades psicosomáticas como respuesta de la desintegración del alma (mente, emociones y voluntad), a causa de la muerte espiritual del ser humano originada en el Génesis. En esta parte hablare sobre cómo se manifiesta “La mente enferma; enferma al cuerpo” es el título que usado para explicar la somatización. Sin embargo, la somatización no es un problema mental, sino la consecuencia de la relación entre mente y cuerpo. "Somatizar" es la explicación común que se da a un problema psíquico o emocional que se manifiesta en el cuerpo. Desde enfermedades gastrointestinales hasta picos de presión se suelen asociar a trastornos emocionales. No sólo todas las enfermedades son psicosomáticas, sino que los síntomas que se manifiestan en nuestros cuerpos están posibilitados por el tipo de personalidad. Para mejor comprensión haré una sinopsis de la “Personalidad” es un término científico, un constructo formulado artificialmente y utilizado por los psicólogos con la intención de conocer la forma de actuar de las personas. El estudio de la personalidad dentro de la psicología es amplio. Los Psicólogos no están de acuerdo con una definición única de la personalidad. Una definición actual es que la Personalidad se refiere a los patrones de pensamientos característicos que persisten a través del tiempo y de las situaciones, y que distinguen a una persona de otra. Etimológicamente: se deriva del latín clásico del término “persona” este término se utiliza para designar las máscaras o caretas que los actores romanos utilizaban en sus representaciones. Con personalidad hace referencia a la máscara o lo que aparenta uno de acuerdo con lo que cree, piensa y realiza. El término personalidad puede referirse al papel que dicho actor representa en cada caso, el rol o los roles que interpretamos en cada situación. De acuerdo con la definición de Eysenck “la personalidad es la suma total de los patrones de conducta actuales o potencial de un organismo en tanto que determinados por la herencia y el ambiente y que se originan y desarrollan mediante la interacción del sector cognitivo, conativo (carácter), afectivo (temperamento) y somático (constitución)”. Se puede decir que la personalidad abarca tanto la conducta manifiesta como la experiencia privada y como tal afecta el cuerpo. El profesor David Keirsey divide toda la humanidad en cuatro grupos, y su prueba es la más utilizada en el mundo. Es bien sabido que nuestra personalidad influye de forma directa en la forma de comunicarnos, la paciencia, la asertividad y la empatía son aspectos comunes que siempre debemos mantener para con nosotros mismos como también para con los demás. Dejando en claro el concepto de personalidad, profundicemos:

    -¿Qué es somatizar?
    Se suele hablar de somatización cuando se piensa que hay trastornos físicos que se originan psíquicamente. Sigmund Freud, indagando en lo que ocurría en la histeria, descubrió que lo reprimido suele retornar a la conciencia bajo la forma de un signo o un síntoma que en algunas ocasiones se registra o se interpreta como una enfermedad que se origina en el cuerpo. En la jerga de la especialidad, se lo suele denominar "soma". Sostuvo entonces que en esos casos las cosas ocurrían como sí un acontecimiento psíquico se hubiera convertido en un trastorno somático. Con el tiempo, y al observar las patologías se halló que diversos trastornos emocionales se manifestaban como alteraciones patológicas de las funciones o las estructuras del cuerpo, donde fue perdiendo ese sello de la primera postulación freudiana, y el "como sí" utilizado por el creador del psicoanálisis se fue transformando en un "mecanismo de conversión" de fenómenos psíquicos en fenómenos somáticos. Se comenzó a hablar entonces de somatización y de trastornos físicos que se originaban psíquicamente, como suele decirse, psicosomáticos. En la psicopatología que es el estudio de los trastornos emocionales y de la conducta anormal o patológica, una persona puede presentar alteraciones psicológicas, como consecuencia de la interacción de factores biológicos (genética y cerebro), psicológicos (relacionados con las experiencias vitales y el aprendizaje) y socioculturales (interacción con el entorno, estilo de vida). La Palabra de Dios nos exhorta a que NO debemos estar “angustiados” Por nada estéis angustiados, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. 7 Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. Se puede resumir que la psicopatología se interesa por estudio de las formas indeseables, mal adaptadas y desorganizadas de la conducta anormal. Los criterios y concepciones teóricas diferentes implican tres modelos: el biomédico, el conductual y el biopsicosocial que tienen que ver con la salud del ser humano.

    - ¿Por qué ocurre la somatización? ¿Qué explicación tiene?
    La somatización ocurre porque lo reprimido, ejerciendo la presión creciente de una necesidad insatisfecha, logra expresarse a través de un síntoma que mantiene oculto su significado. La explicación de cómo ocurre ese supuesto "salto" de la mente al cuerpo constituyó siempre un misterio insondable de la psicosomática, pero lo cierto desde el punto de la medicina, biología, el cerebro segrega ciertas sustancias que al trasmitirse por el sistema nervio altera las células y su entorno. La vida está llena de misterios que la experiencia repetida nos acostumbra a tolerar o habituarnos como forma de vida. No ha sido el misterio el que impulsó la psicosomática hacia nuevos horizontes, sino la observación, cada vez más frecuente, de que, cuando un ser humano se enferma su cuerpo, su alma, y el espíritu  que habita se afectan, siempre participan en la enfermedad, además afecta su entorno de la comunidad ejemplo que nos da la Biblia “No te unas al iracundo ni te acompañes del irascible, no sea que aprendas sus costumbres y pongas trampa a tu propia vida”. Proverbios 22.24, 25  ¿Ha notado usted que, cuando una pareja se casa y uno de los cónyuges es iracundo y el otro no, eventualmente. El cónyuge que no era iracundo termina modelando el mismo carácter? La ira es contagiosa.

    - ¿Hay algún modo de evitar somatizar? ¿Cualquier enfermedad puede ser psicosomática? 
    El concepto de somatización, que conduce a dividir las enfermedades en algunas que se originan en la mente y otras que se originan en el cuerpo, se difundió rápidamente. Es necesario reconocer, sin embargo, que simplifica excesivamente la cuestión, omitiendo que la idea de somatización nació como una forma, metafórica, de referirse a un hecho cuya intimidad se desconocía. Freud nos ayuda a comprender que lo que llamamos cuerpo y lo que llamamos alma son dos maneras de contemplar a una misma realidad. No tenemos dos bocas, una que es del cuerpo y otra que es del alma, tenemos una sola, porque el ser humano es integral en un solo (cuerpo, alma y espíritu). Cuando damos un beso, lo hacemos con el cuerpo y con el alma; y lo mismo ocurre cuando nos enfermamos. Podemos decir entonces que todas las enfermedades son psicosomáticas, por la sencilla razón de que el hombre mismo es psicosomático, dado que psíquico y somático son como dos caras de una misma moneda. Queda claro entonces que eso no significa sostener que una de esas dos caras es la causa de lo que ocurre en la otra, ya que ambas se constituyen y evolucionan juntas. Descubrir el significado que, más allá de la consciencia, se expresa en una enfermedad, no lleva implícito afirmar que ese significado es una causa o un factor que altera el cuerpo (o que se somatiza), dado que el significado y la alteración son dos aspectos de una misma cosa, como sucede con las ondas "físicas" del sonido de una palabra y con su significado. Dios nos dice en su Palabra; la paz de Dios que supera a todo pensamiento” nos ayudará a mantener a raya la ansiedad y nos dará las fuerzas necesarias para seguir adelante (Filipenses 4:6, 7).
    Cada enfermedad surge con su propio y específico significado inconsciente que, para ser descubierto, exige un trabajo de investigación que demanda, a veces, de un esfuerzo prolongado y de interdisciplinariedad. Aclaro que las  enfermedades no son un ‘castigo’. Son el resultado de vivir en un mundo corrompido y en un planeta maldito, y los creyentes y los no creyentes por igual pueden sufrir de enfermedades que conducen a la muerte.  Hay algunos trastornos que permanecen cercanos a la consciencia, como ocurre, por ejemplo, con la vinculación de la diarrea con el miedo, o el infarto cardíaco con una ofensa profunda que constituye una ignominia. El lenguaje habitual lo testimonia, cuando suele usar expresiones como se me parte el corazón". Hay otros, sin embargo, como el cáncer o la hipertensión, cuyos significados se reprimen más profundamente. Las enfermedades psiquiátricas las podemos considerar como ese juego de varias partes, en las que una está contenida dentro de la otra hasta llegar a la más pequeña; el espectro de la enfermedad mental tiene, también, como diferentes estadios, que, de menos a más grave, podemos clasificar como: nivel normal (rasgos de personalidad), nivel anormal (trastorno de la personalidad) y trastorno propiamente dicho (enfermedad). Es de observar que puede existir un nivel sin que existan los otros. Es decir, no es condición indispensable que se den los tres para configurar una estructura patológica, aunque es muy frecuente que estén ensambladas. La biblia nos muestra en el Salmo 31:10 Ten piedad de mí, Señor, pues estoy angustiado; mis ojos languidecen de tristeza. 11 Mi vida se consume en la aflicción y mis años entre gemidos; mi fuerza desfallece entre tanto dolor y mis huesos se deshacen.

    -¿De qué modo podemos protegernos de la somatización?
    Tomo este ejemplo "Los cimientos son esenciales para que una estructura pueda soportar varios pisos. En caso de que la cimentación sea débil, inevitablemente se producirá un colapso y el edificio se vendrá a tierra". Con estas palabras sustento la importancia de tener una base sólida en toda construcción. Igual ocurre con nuestra vida. A menos que haya un buen basamento, experimentaremos trastornos que serán evidentes a todos. Enfrentaremos dolor  enfermedad y lo provocaremos en los demás. En el libro "Relaciones Humanas Aplicadas" del sicoterapeuta Juan Francisco Gallo quien asegura que la situación no solo es preocupante sino que podría evitarse con una edificación personal y espiritual apropiada. En su criterio: "Los complejos, la timidez, el nerviosismo, la preocupación, el temor, la agresividad y la inestabilidad de ánimo, son trastornos de la conducta originados en la mala formación de nuestra personalidad, o sea, que los materiales con los que está fundamentada son falsos y maleables" ("Relaciones Humanas Aplicadas", Pag. 21. Ediciones Paulinas. 1987. Santafe de Bogota.Colombia). Considero que se trata de una ilustración que grafica dos elementos sobre los que debemos trabajar como terapeuta (Consejería Cristiana eficaz, oportuna y bíblica: la Personalidad y la Conducta). La personalidad de cada individuo se va configurando a lo largo de su biografía; y cómo éste va asumiendo las diferentes experiencias, tanto internas como externas, como las positivas o negativas. Esto constituiría su carácter, al que habría que sumar el ADN espiritual, que es la parte más constitucional de cada sujeto. Se produce el trastorno de personalidad cuando ese desarrollo da lugar a conductas molestas para el propio individuo y los demás, se inicia en la adolescencia, se aparta de las expectativas de la cultura circundante y, además, es un patrón permanente e inflexible de comportamiento (DSM-IV).
    Un hombre de la antigüedad a quién se consideraba ejemplo, delante de Dios y de los hombres, la esencia misma de la rectitud, se encontró en un abrir y cerrar de ojos en una penosa situación: perdió sus posesiones, en un absurdo accidente murieron sus hijos y para coronar la sucesión de incidentes trágicos, evidenció una enfermedad que no podían controlar los médicos de la época. Fue una presión externa enorme que golpeó su vida y, por ende, su personalidad donde habita  esa fuerza interior. Se trata del yo o del ego que hay en todo ser humano. Vendría a ser el eje central de nuestra personalidad. Ahora, se preguntará usted, ¿qué relación hay entre el ego y la personalidad? Para ilustrar la respuesta, tomaremos como ejemplo un cerillo. Sobre esta base, el ego es el trozo de madera o de papel encerado sobre el que se fija el fósforo. La acción de pasar el fósforo sobre una superficie corrugada para generar el fuego, vendría a ser como las circunstancias que ejercen influencia en el ego; y la llama sería, en este caso específico, la personalidad, es decir, lo que se produce al término de todo el proceso. Son tres elementos que están estrechamente unidos entre sí. Un ser que tenga la cimentación necesaria para guardar equilibrio frente al cúmulo de circunstancias que afectan su vida desde fuera, sin duda reaccionará con equilibrio. Por el contrario, quién tiene problemas en su personalidad, desencadenará reacciones impredecibles. ¿Comprende ahora el valor de la sana personalidad? Hay algo más que debo agregar: nuestra personalidad no es estática; por el contrario, es dinámica. Jamás podemos decir que ya está formada porque siempre está en proceso de formación. Se desenvuelve en actividad y evolución pero también puede manifestar deterioro cuando dejamos de lado cultivarla, orientarla y desarrollarla mediante el proceso constante de crecimiento personal y espiritual, y por supuesto, de sanidad interior. Ahora, ¿cómo definimos la conducta? Es sencillo. Conducta es la manifestación de la personalidad. Podríamos decir que la conducta es el lenguaje o medio a través del cual se expresa la personalidad. Si tenemos una personalidad que tiene conflictos y problemas, reflejaremos estas anomalías en nuestros hechos, es decir, en la conducta. Nadie que enfrente desórdenes tendrá una conducta equilibrada y por lo tanto una buena salud.
    Es frecuente que, para justificar determinados comportamientos, oigamos o que nosotros mismos usemos expresiones como “son cosas de su personalidad”, “él es así”, “con la edad que tiene ya no puede cambiar” o “es que yo soy así”. La persona es el resultado de una confluencia de fuerzas y de circunstancias: desde la carga genética a la relación con las figuras más influyentes, los padres, pasando por la ciudad en donde hemos vivido, la cultura que respiramos e incluso los profesores que tuvimos, así como los amigos, la familia y un largo etcétera de situaciones que han ido configurando cómo somos son los responsables del carácter. El carácter, pues, representa la originalidad de cada uno de nosotros; el carácter es lo que hace que yo sea diferente e irrepetible. Como decía un psiquiatra, “el carácter es lo que hacemos cuando nadie nos está mirando”. La personalidad pues es una organización dinámica que define el comportamiento y el pensar de cada individuo, por tanto es un proceso que se puede ir modificando a lo largo de la vida de cada individuo, sobre todo porque tiene una característica adaptativa, con lo que la persona va intentando mantener una sensación de bienestar. Cada uno de nosotros tiene un concepto de sí mismo que refleja la imagen que tenemos de nosotros mismos. La personalidad, pues, es el resultado de la naturaleza (genes) y del aprendizaje (experiencia). Modificar algunos rasgos del carácter, que se ha configurado con esfuerzo desde las primeras experiencias infantiles, no puede ser un procedimiento fácil ni sencillo. Un procedimiento que, aunque en lo que se refiere a modificar algunos rasgos del carácter es debatible es el método que denominamos "estudio patobiográfico", diseñado con el fin de influir sobre el curso de un proceso patológico en el tiempo breve que la evolución de algunas enfermedades exige. Cuando un paciente consulta por un estudio patobiográfico, debe solicitar una entrevista en la que se determina la posibilidad de realizar el estudio y el tipo a realizar, ya sea que se trate de un niño, un adolescente o un adulto. Se determina también si se realizará en los tiempos habituales (40 a 45 días) o si la situación demanda una realización más urgente. En esa entrevista se designa además al profesional que efectuará una biográfica del paciente y al equipo clínico necesario, de acuerdo con la patología. Cuando se trata de un niño o de un adolescente se incluye en el procedimiento a los padres. Termino con esta reflexión en Isaias 53:4-6: Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. 53:5 Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. 53:6 Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.

    Fuentes: otros (Entrevista con el médico Luis Chiozza –director del Centro Weizsaecker de Consulta Médica y del Instituto de Docencia e Investigación de la Fundación Luis Chiozza, presidente honorario del Istituto di Ricerca Psicosomatica-Psicoanalitica Arminda Aberastury de Perugia, Italia) 

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