30 marzo 2012

El corazón debe ser transformado

·                     Módulo II. Corazon evolución de la conciencia

Por: Carlos A Venegas M. ps.
El músculo, ¡y que musculo! refiriéndome que necesita de un estímulo consciente o reflejo para tener fortaleza, el músculo cardiaco se excita a sí mismo. Recordemos que esta equipado con una red neuro-cardíaca que es como una caja negra, que hace de entrada y salida es decir estimulo y respuesta movido por el poder de la esfera espiritual que a su ves usa los sentidos. Se considera como el centro de la vida física y es el enfoque de todas las funciones vitales del cuerpo. Ademas tiene injerencia en la mente del ser humano; Es el órgano mas importante que esta integrado en todas las partes del ser humano; espíritu, alma y cuerpo, ademas que es autónomo en  cada uno de las tres partes en mención.  David, hacia el final de su vida, dio este importante mensaje a su hijo Salomón: “Y tu, Salomón, hijo mío, reconoce al Dios de tu padre, y sírvele con un corazón perfecto y con ánimo voluntario; porque Jehová escudriña los corazones de todos, y entiende todo intento de los pensamientos. Si tú le buscares, lo hallarás; mas si lo dejares, él te desechará para siempre” (1 Crónicas 28:9). Un corazón perfecto es un corazón no dividido, un corazón que está total y completamente dedicado al Señor. Dios escudriña nuestros corazones y ÉL sabe si tenemos o no tenemos un corazón perfecto. Sin embargo en el sentido espiritual, el corazón se ha venido a descubrir como el centro mental y espiritual de la persona, después de muerto sigue existiendo su corazón en la parte espiritual, incorporio que es inherente al alma por lo tanto es animado y autónomo. En su parte inmaterial e invisible que poseemos los seres homeotermos, es donde reposa el hálito de vida (su espíritu) para el hombre natural es el [ Noûs-dios (hermetismo) ], en relación a la antropología del ser humano es donde reposa el aliento de la divinidad misma. Que al ser converso es el 'hálito de Dios Pneûma (shejiná). Y por lo tanto empieza una transformación en su corazón y en todo su ser para; “ama al Señor tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente”. Este es el tema que vamos hablar en esta sección para terminar el capitulo “el corazón”. 
En la biblia la palabra <KARDIA> “Corazón” se menciona en el libro de Génesis varias veces en este sentido, referentes al corazón de Dios y del hombre. Sabemos que Dios es Espíritu y no tiene cuerpo de carne como nosotros los humanos, pero leemos en Gen 6:6 “Y le pesó al Señor haber hecho al hombre en la tierra, y sintió tristeza en su corazón”. Así que, Dios también posee “un corazón” en el mismo sentido que dice del hombre. Y esto no tiene que ver con nuestro corazón de carne, físico, órgano que bombea la sangre (vida) y la hace circular por todo el cuerpo. La palabra <KARDIA> en griego se encuentra 156 veces en el Nuevo Testamento y de acuerdo al Nuevo Léxico Griego-Español significa: “centro vital del cuerpo, parte inmaterial del hombre, y tiene que verse relacionada con la mente por medio de la red neuro-cardíaca;  Como este órgano es instintivo pero también impulsivo e interfiere en la conciencia hablamos de personalidad, carácter, vida interior, inteligencia, emoción, voluntad, pensamiento es “lo que sostiene la actividad total de la mente y la moral, ambas cosas: los elementos racionales y emocionales. Recordemos que los científicos han descubierto en el corazón un especie de circuito integrado llamándolo “ neuro-cardiaco, y van un poco más allá, argumentan que la autonomía del corazón le permitiría tomar decisiones previamente aprendidas informando al cerebro, y condicionando de esa forma a determinadas tomas de decisiones autónomas. Desde hace algún tiempo se sabía que el corazón es un órgano productor de hormonas, entre otras del péptido atrial natriurético, que no sólo regula el volumen de sangre circulante sino que además estimula la inhibición de determinadas hormonas relacionadas con el estrés y facilitando la liberación de otras como la oxitocina, conocida como la hormona del amor y el bienestar. "el corazón conoce sus propias amarguras y no comparte sus alegrías con ningún extraño" Y no es solamente eso, sino que a través de los campos electromagnéticos que genera el corazón (el electrocardiograma que se recoge en las extremidades no es más que una expresión de ello) influye de manera determinante en un entorno de 2 a 4 metros influyendo de manera decisiva en el estado emocional propio y en el de los individuos que se encuentran en su proximidad. Podemos decir que este órgano es tan poderoso en lo físico como en lo espiritual y que tiene voluntad propia es vinculante con la percepciones, conciencia e intuición por lo tanto se adhiere a la personalidad del individuo, se dice porque cual es su pensamiento en su corazón. el corazón puede connotar la fuente del deseo, a veces la memoria es una actividad del corazón puede ser la fuente de la acción del ser humano."Yo el Señor que investigo el corazón y conozco a fondo los sentimientos". Como tal, es la fuente de todo lo que hace, todo sus pensamientos, deseos palabras y acciones, fluyen desde lo mas profundo de su ser. Con todo, ninguna persona logra entender su propio corazón "nada hay tan engañoso y perverso como el corazón humano." Donde yo lo llamo el corazón incircunciso; en las siguientes lineas describiré su lenguaje y como nos hace actuar y como nos hace hablar por medio de nuestros pensamientos. Pero también para defendernos y luchar contra ellos cambiando nuestra manera de pensar y de sentir para si poder ejercer el dominio propio del cual nos da el Espíritu Santo.   
Hay dos caminos que el ser humano demuestra una determinada tendencia u orientación eligiendo uno de ellos para desarrollar su personalidad. Uno es el de la mente; otro el del corazón. El camino del corazón es un atajo para actuar con pasión. Si vamos por el camino de la mente natural dudaremos a menudo. Dudaremos de nuestra propia aspiración, dudaremos de nuestras propias experiencias, de nuestro propio sentimiento hacia Dios y de su Palabra . En este momento amamos a Dios, y al momento siguiente tal vez no le amamos porque no ha colmado nuestros deseos. En el camino de la mente natural , estamos siempre contradiciendo nuestros propios pensamientos. Ahora decimos que el sendero es muy bueno y que estamos progresando; al momento siguiente, cuando nuestros deseos no se cumplen y las dudas entran en nosotros, nuestro progreso se detiene. Porque lo que piensas recurrentemente eso eres. Por otra parte la Biblia nos enseña claramente que el corazón es algo en que no podemos confiar. Considera lo que dice Jeremías en Jer 17:9, "Engañoso es el corazón mas que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?" Claro, la pregunta "quien lo conocerá" es retórica. La respuesta es obvia: nadie lo puede entender, solo el Señor, que lo conoce. Cuando el corazón es transformado en contrito y puro es el mejor compañero del alma. El corazón sabe como identificarse con lo más elevado, con lo más lejano, con lo más profundo. En el caso de la mente no ocurre así por que es racional . La mente intenta identificarse con un objeto, cuando la mente intenta identificarse mira el objeto con un ojo de vacilación por el conocimiento del mal proceder, cuando no de auténtica sospecha. Pero cuando el corazón quiere identificarse con algo o con alguien, utiliza el sentimiento . Cuando el corazón quiere ver algo, lo ve sin reservas. Cuando la mente quiere ver algo, intenta demorar y separar. El corazón simplifica; la mente complica. La mente de manera inconsciente obtiene placer en cosas complicadas y confusas, pero el corazón obtiene alegría de las cosas sencillas. La mente humana natural, física, terrenal, está ahora mismo a nuestra disposición. Pero la mente superior, la sobrenatural, la mente intuitiva o la supermente, no están a nuestra disposición si no tenemos un corazón dispuestos para Dios. No es que hablo de prestar más atención al corazón y menos a la mente sino deben estar al unisono para que se cultive el sentido de la Fe, esa semilla que debe estar en buena tierra  llamada corazón.  Porque el corazón expande. El alma representa nuestra espiritualidad, y es dentro del corazón donde se acrisola el alma.  Por a hora dejemos aun lado la mente que en los siguientes escritos profundizaremos el tema del cerebro y su mente. Cojamos el atajo, pero ¿que pasa si es un corazón incircunciso? como me  voy  a referir de aquí en adelante para explicar el paso hacia una metamorfosis; a un corazón contrito y puro es decir transformado.  Aunque este órgano en si es un símbolo del lenguaje y de  extraordinaria riqueza, por eso la mente se nutre y  usa  los diversos lenguaje que emite este órgano, esos sonidos por medio de la cual se comunica y que podrían resumirse básicamente en dos: uno que llamaremos moderno que se manifiesta cuando el corazón es incircunciso , y otro “fuerte”cuando el corazón es contrito y puro un corazón en transformación: 
Lenguaje moderno. Consiste  en que el soplo espiritual del Noûs-dios (hermetismo) al anidar en el  corazón trasmite a nuestra mente ese lenguaje guiando nuestros pensamientos y con astucia los hace pasar como nuestros en nuestro sentir y de la razón, es decir en lo mas profundo de nuestro corazón para manifestarse  como un aparente símbolo de la “afectividad” en general, entendida ésta como “conjunto de estados anímicos”, sin más precisiones. Es una noción cómoda y poco crítica, pues engloba por igual experiencias muy heterogéneas sin necesidad de distinguirlas. Por sus connotaciones psicológicas, además, tendría la ventaja de librar a la palabra “corazón” de romanticismos y de ilusiones, que la Modernidad desdeña como cosa de mujeres y niños. “También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos” 2 Timoteo 3:1-2 Existe contundente argumento como para afirmar categóricamente que en estas últimas décadas se ha popularizado mucho el concepto del “yoismo”, es decir, que todo lo que necesitamos para nuestro óptimo desarrollo en sociedad, se encuentra en nosotros mismos. Este “corazón psicológico” está en consonancia con el pensamiento de racionalismo liberal, rasgo dominante de nuestra cultura contemporánea , y también es típico de aquellas doctrinas éticas excesivamente ligadas a la Medicina. Así, cuando se habla del corazón como “sede o nido de los sentimientos” se suele hacer abstracción de la realidad que éstos revelan, del fin a que apuntan o del fondo de que nacen; los sentimientos serían aprovechables pero no descifrables; cabría usarlos pero no leerlos; domesticarlos, pero no entenderlos. Este corazón expresando aparentemente afectividad supone a los sentimientos mudos y opacos de por sí, “masa psíquica humanamente neutra”, cuyo valor ético les sobrevendría desde fuera por parte de la razón, como mano que modela la arcilla. Vistos así, lo importante para el sería su ductilidad más que su autenticidad, es decir, su aptitud para ser modelados más que su grado de transparencia: son usados como herramienta más que como ventana, pues a través de ellos no cabría ver más que espejismos, sueños o frivolidades. En este planteamiento subyace una antropología dualista, cuyas raíces modernas son básicamente el pensamiento de racionalismo cartesiano y el puritanismo protestante, aunque también se debe al intelectualismo de fondo propio de toda la cultura occidental desde sus albores. Me refiero a la proverbial oposición entre cabeza y corazón, que en la práctica suele traducirse en discriminación hacia la mujer. Este corazón se manifiesta en las obras de cada persona por que son hechos y actos del resultado del interior del hombre, cuando esta sin la gracia de Dios y son clasificados como PECADOS, “IMPUREZA MORAL” “INMORALIDAD, INMUNDICIA”, pecados de ocultismo y todo lo que sigue en (Gal.5:19-21)Este corazón entendido como afectividad por su yoismo se revela problemático apenas lo relacionamos con las dos potencias del alma, entendimiento y voluntad. Respecto a ellas nos vemos abocados a una disyuntiva: o bien relegamos la afectividad a la esfera de lo físico, como quiere el racionalismo, o bien la erigimos como una “tercera potencia” espiritual, que entiende y quiere a su manera. Parece más acertado, sin embargo, y más acorde con la tradición literaria, patrística y bíblica, entender el corazón no como una “tercera potencia” sino como un modo peculiar de entender y querer, más aún, el modo plenamente humano, en la misma medida en que es integrador, concreto, personalista y existencial. Estas son precisamente las notas que caracterizan al que hemos llamado “concepto fuerte” de corazón.

Lenguaje fuerte. Para  la Biblia, el corazón no es tanto afectividad como intimidad, siendo la intimidad el sentido de la afectividad: su verdad, su lógica, su fin. Ello implica reconocer en los sentimientos cierta “transparencia”, fundada en la unión substancial  Pneûma (shejiná) (córpore et ánima unus), por la cual las realidades más netamente espirituales comparecen sensiblemente: la gracia, la fe, el compromiso, el pecado, etc. Después de la conversión la vida del creyente debe estar regida por el Espíritu Santo de tal manera que el fruto de su trabajo se manifieste en la persona convertida mostrando una nueva actitud  distinta de la vida pasada como irredento. La conversión opera una especie de muerte hacia las cosas (pensamientos)  de este mundo, al grado de que la persona rechase todo lo que en el hay, para poder alcanzar mas de lo de Dios. Es de esta manera como se logra ser dirigido por el Espíritu Santo y como se manifiesta el fruto del Espíritu en nuestras vidas. Uno de los principales propósitos del Espíritu Santo al entrar en la vida de un cristiano, es el de cambiar ese sentir para transformar la vida. Es el trabajo del Espíritu Santo conformarnos a la imagen de Cristo, haciéndonos más parecidos a Él habitando en nuestro corazón. Esta misteriosa compenetración entre ser humano y  el Espíritu está al servicio del amor: en ella nos vivimos completamente libres para que se manifieste el fruto del Espíritu Santo en nuestra persona. El es nuestro cardiólogo, cuida y purifica en otras palabras, el corazón es tanto más auténtico, cuanto más orientado a la comunión amorosa, pues el amor lo acrisola y afina proceso de purificación para su transformación haciendo un corazón contrito y puro. Obviamente el pecado empaña esta transparencia, y su amenaza es constante e insidiosa. Desde el punto de vista ético, por consiguiente, es menester combinar la ascesis, educando  los sentimientos con su atenta “lectura” a la luz de la Palabra, la reflexión, la oración y el acompañamiento del Espíritu Santo: en una palabra, cultivando la interioridad. Este nexo entre dominio e interpretación de los sentimientos se encuadra en la gran tradición espiritual del cristianismo —que en este punto diverge netamente de la oriental— Noûs-dios (hermetismo) según la cual la lucha interior se abre de modo natural a la contemplación, y la ascética, a la mística como distractor del “yoismo" para la mente humana. 

Finalizo esta exposición en que la Biblia a menudo menciona como actúa “el corazón” reactivamente en la mente, que es dónde sabemos que se encuentra el asiento de todo pensamiento y proceder del ser humano. También dice que el corazón incircunciso es el culpable de lo que somos y hacemos. De nuestro corazón sale toda clase de actitudes sin ningún control que retroalimentan nuestros pensamientos. Muchos se han muerto por causa de fallas en su corazón físico. Su parte almática el corazón tiene que ver más que nada con lo espiritual y moral, afectando a la persona y puede tener fallas, muchas fallas capaces de enviar al hombre a una muerte espiritual, que no es otra cosa que el castigo eterno. La mente que hace parte del alma necesita del corazón para decantar las emociones que no son simples experiencias de la persona interior. Se las siente físicamente, sobre todo en el corazón. El Antiguo Testamento expresa con gran fuerza las emociones como movimientos del corazón. Si una persona pierde el valor, es que su corazón tiembla como las hojas con el viento (Isaías 7:2); es débil (Deuteronomio 20:8); se derrite como la cera (Salmo 22:14); se vuelve agua (Josué 7:5). Se describe el temor diciendo que el corazón de la persona se hunde (Génesis 42:28), falla (Salmo 40:12), se pierde (1 Samuel 17:32). Por contraste, el valor es el fortalecimiento del corazón (Salmos 27:14). Lo que sigue a continuación, (Las Cuatro Partes…) es una información obtenida, que nos puede ayudar a tener una idea más precisa de lo que se compone el corazón en todo ser humano. Le sugiero lo lea con cuidado, lo analice a la luz de la Escritura. Hay muchos más textos que se pueden usar y que se pueden añadir. Una buena concordancia temática y Biblia de referencia son muy recomendables si gustan de estudiar este asunto más a fondo. 

LAS CUATRO PARTES QUE INTERVIENE EL CORAZÓN 

1. El Intelecto

a. Piensa, Mateo 9:4
b. Entiende, Mateo 13:15.
c. Cree, Romanos 10:9,10.
d. Razona, Marcos 2:8
e. Pondera, Lucas 2:19.
f. Imagina, Génesis 8:21.
g. Medita, Salmo 19:14

2. Las Emociones

a. Ama, Mateo 22:37.
b. Se angustia, 2 Corintios 2:4.
c. Se lamenta, Deuteronomio 15:10.
d. Se regocija, Salmo 105:3; Isaías 65:14.
e. Se goza, Proverbios 17:22

3. La Voluntad

a. Propone, Daniel 1:8.
b. Se endurece, Salmo 81:12
c. Determina, 1 Corintios 7:37.
d. Resuelve, Jueces 5:15

4. La Conciencia

a. Condena, 1 Juan 3:21
b. Busca, Jueces 5:16
c. Se turba, Juan 14:1
d. Se hiere con culpabilidad, Hechos 2:37.
e. Se ofende, Hechos 7:54





El corazón y nuestro intelecto.- El lugar que ocupa el corazón en el proceso de transformación de un hijo de Dios. Con frecuencia concebimos el pensamiento, los sentimientos y la voluntad, como funciones separadas. Tal vez caractericemos a alguien diciendo que es “un cerebro”, o que tiene más desarrollado el “cerebro izquierdo”, o que es “cerebral”. Con esto estaríamos sugiriendo que su fuerte es el razonamiento, mientras las emociones cuentan poco. O tal vez digamos que alguien tiene la tendencia de vivir principalmente de sus emociones, sin pensar. Pero este tipo de separaciones es contrario al pensamiento bíblico. Pensar, sentir y decidir son cosas que se producen juntas en el corazón.  Neil T. Anderson


¿CÓMO ESTÁ TU CORAZÓN?
¿Es Tu Corazón Recto Para Con Dios?


 






1 comentario:

  1. Con agrado he recibido su link del instituto mentes transformadas, que bueno ole! hace días no veía una página
    tan completa en esta área. Bendiciones.
    P> Rodrigo Mateus Alape

    Porque Dios es bueno y para siempre es su misericordia

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