28 septiembre 2018

EL CUERPO TIENE CONTROL SOBRE LA MENTE HUMANA


Para poder explicar la problemática que tiene el ser humano en su mente (guerra de pensamientos), y de saber cómo actuar ya que su arraigado comportamiento así el mal hace que su vida se torne complicada y desastrosa (por lo cual paso de ser infinita a ser finita su existencia). La creencia generalizada es que “Tú puedes mover  el mundo con tus pensamientos. Puedes curar tus enfermedades o puedes enfermar  con tus pensamientos” Cuanto más fuertes y persistentes son tus pensamientos más  repercusión tendrán en tu vida y en la de los demás. Hay una relación directa  entre la intensidad, y la intención de nuestros pensamientos, con los resultados  que se obtienen donde se salen de nuestro control, lo cierto es que el cuerpo interfiere con estos postulados más de lo que nos imaginamos.  
Demostrare (en mi experiencia de haber padecido una enfermedad, cáncer.) como el cuerpo tiene control sobre la mente humana por medio de los órganos de los sentidos corporales, aunque muchos desconocen su eficacia para influenciar la mente y el corazón humano y por ende su comportamiento. El mundo es objetivo y real, siendo captado por los sentidos, estos  reciben las formas sensibles de la naturaleza pero sin su materia. El sentido humano son aquellos órganos que puede recibir formas sensibles sin su materia, el sentido al recibir cualquier cosa, sufre el influjo del objeto que tiene color o sabor o sonido, pero no en cuanto a esta o aquella substancia, sino en cuanto tiene tal cualidad y forma. Un sentido es una vía fisiológica particular por la que respondemos a un tipo de fuerza espiritual (energía) específica proveniente del mundo físico o social. Aunque los estímulos sensoriales pueden ser los mismos, para todas las personas, cada una de ellas percibirá cosas distintas. Por otra parte, la capacidad sensitiva viene definida por los umbrales de la sensación - percepción, es decir, ¿a partir de qué intensidad de estímulos comenzamos a percibir algo? En tal sentido pueden distinguirse tres umbrales: máximo, mínimo y diferencial.
Para que haya sensación es necesario también que se produzca una separación entre el órgano sensorial y el objeto sensible: el medio. Éste varía según la naturaleza propia de la facultad sensible: aire para el sonido y el color. Aire y agua para el olor. Medio líquido para el sabor y aire tierra y agua para el tacto. También se define en términos de la respuesta o reacción, DIRECTA O INMEDIATA, de los órganos de los sentidos, provocada por un estímulo. Es el Proceso fisiológico por el cual  la información física recibida, se convierte en 
información nerviosa. Que además es una actividad primaria y cognoscitiva original que capta ciertos caracteres concretos de los cuerpos; o también a actividad psíquica causada por la estimulación de un órgano sensorial, por la que conocemos ciertas propiedades sensibles de los cuerpos (sensibles propios y comunes). Como  acto cognoscitivo no es un estado afectivo. Si bien dolor y placer implican conocimiento más bien pertenecen al orden de la afectividad o de los apetitos sensibles. Concretando los órganos sensoriales, son órganos sensitivos, especializados en recibir estímulos del mundo exterior y transmitirlos en un impulso a través de las vías nerviosas hasta el sistema nervioso central donde se procesa y se genera la respuesta y el propio conocimiento. Los órganos de los sentidos nos proporcionan la información vital que nos permite relacionarnos con el mundo que nos rodea formando en nuestra mente ideas, costumbres, hábitos y sobretodo creencias. Esto, por medio de las sensaciones, que son el mecanismo que tiene nuestro cuerpo para procesar todos los estímulos que recibe: luz, visiones, sonidos, sabores, frío o calor, dolor, olores, incluso las caricias, cosquillas y besos.
Con esta sinopsis de introducción para exponer este tema, a continuación me baso en la única explicación entendible y veras que a podio obtener la ciencia (creacionista) para explicar la creación de la vida; la trascendencia de la existencia del ser humano en el fundamento del génesis de lo creado y de su Creador, expongo lo siguiente. Dios creó al hombre con un espíritu, alma y cuerpo a fin de que el hombre pudiera contener a Dios (YHWH) y le expresara su amor. Cada parte del hombre originalmente era pura. No obstante, cuando Adán y Eva comieron del árbol del conocimiento del bien y del mal, sucedió algo terrible. Tomaron la naturaleza de rebelión contra Dios, el carácter pecaminoso del adversario (satanás y los demonios). Esto causo muerte en su espíritu dejando un vacío interior, dañó su alma al tener una dualidad del bien y el mal y corrompió su cuerpo deteriorándolo (vejes, enfermedad y muerte), esta parte cambiando su rol de sujeción por opresión sobre sus otras partes, alma y espíritu usando sus sentidos para seducir, trasmitir información al alma por medio de lo externo (mundo) logrando tener poder su carne (el cuerpo) sobre sus otras partes; ante este argumento me atrevo definir que el carácter está impreso en el alma y el espíritu de cada persona, mientras que lo que conocemos como temperamento (argumento no científico) está arraigado en el cuerpo y sus manifestaciones obras de la “carne” todo esto es una unidad llamada personalidad. Es claro que el cuerpo se manifiesta por medio de los sentidos sin ellos seriamos seres inertes, en su actuar se percibe el comportamiento de una persona, este comportamiento se le conoce como obras de la carne (bíblicamente) que obra con poder controlando la mente, emociones y voluntad, el alma es esclava de su Yo carnal egocentrista. 
Al profundizar en el área científica se explica cómo funciona la mente y que labor hacen los sentidos, encontramos que  el cerebro humano que hace parte del cuerpo es el que recibe información por medio de los sentidos, estos a su vez recogen todo lo que perciben    del mundo exterior entre otros las obras de la “carne” este órgano hace parte del sistema nervioso central y que forma parte del centro de control de todo el cuerpo. También es responsable del pensamiento, la memoria, las emociones, el habla y el lenguaje consta de dos hemisferios, unidos por el cuerpo calloso, que se hallan relacionados con áreas muy diversas de actividad y funcionan de modo muy diferente, aunque complementario. Podría decirse que cada hemisferio, en cierto sentido, percibe su propia realidad; o quizás deberíamos decir que percibe la realidad a su manera “sus creencias”. Ambos utilizan modos de cognición de alto nivel. En cierto modo, que cada uno de nosotros tiene dos mentes conectadas e integradas por el cable de fibras nerviosas que une ambos hemisferios. Ningún hemisferio es más importante que el otro. Para poder realizar cualquier tarea necesitamos usar los dos hemisferios, especialmente si es una tarea complicada. Lo que se busca siempre es el equilibrio. El aparente equilibrio se da como resultado de conciliar polaridades en este caso el conocimiento del Bien y el mal con un arbitramiento llamado conciencia, y no mediante tratar de eliminar una de ellas. Cada hemisferio cerebral tiene un estilo de procesamiento de la información que recibe. Por otra parte, los órganos de los sentidos de la vista, el gusto, el olfato y el oído, están conectados directamente al cerebro mediante los nervios craneales, el del tacto pasan antes por la médula espinal. Los órganos de los sentidos son la vía de entrada de toda la información que proviene del exterior y que le permite al cerebro desarrollar su inteligencia, sus emociones y sus sentimientos. Gracias a los sentidos podemos:

– Comunicarnos con todo lo que nos rodea, bueno o malo.
– Saber cómo son las cosas con lujo de detalle.
– Aprender, al registrar en nuestro cerebro lo que vemos, oímos, olemos, sentimos y saboreamos diariamente.
– Cuidarnos y detectar a tiempo cualquier peligro.
– Gozar de la creación y todo lo que es visible.
– Conocer y convivir con todas las personas.
¿Cómo funcionan? Los sentidos transmiten todo lo que perciben y el cerebro lo ordena para convertirlo en un conocimiento, lo almacena, lo clasifica en la mente (consiente, subconsciente e inconsciente) y lo utiliza cuando es necesario por medio de emociones y de su voluntad.
¿En qué se basan los mecanismos con los cuáles funcionan éstos sentidos? Todo reside en la estructura de la red de neuronas sensoriales, que tiene como terminal la superficie cutánea, o bien al interior de los órganos principales de los distintos sentidos (como lo son los ojos para la vista, la lengua para el gusto y la nariz para el olfato). Así, en la flora de la dermis, se ubican en sitios específicos, tejidos de células especializadas-neuronas sensoriales-, que se accionan según el tipo de receptor que conformen, y según la magnitud del estímulo aplicado. Así, llamamos receptor, al tejido neuronal especializado, que tiene la capacidad de recibir y responder ante estímulos de distinta naturaleza.
Para darle solides a nuestra tema transcribo la “caída del ser humano”; Génesis 3; 4 Pero la serpiente le dijo a la mujer:—¡No es cierto, no van a morir! 5 Dios sabe muy bien que, cuando coman de ese árbol, se les abrirán los ojos y llegarán a ser como Dios, conocedores del bien y del mal. 6 La mujer vio que el fruto del árbol era bueno para comer, y que tenía buen aspecto y era deseable para adquirir sabiduría, así que tomó de su fruto y comió. Luego le dio a su esposo, y también él comió. 7 En ese momento se les abrieron los ojos, y tomaron conciencia de su desnudez. Por eso, para cubrirse entretejieron hojas de higuera.
Como se puede apreciar los órganos de los sentidos pueden engañarse por medio de una información errónea o por una idea preconcebida, logrando que el cuerpo del individuo se someta a esa percepción.  Nada es lo que parece, resulta ser muy cierto, desde la filosofía se plantea que los sentidos nos engañan, pero esto tiene una base biológica. A veces, el engaño es causado por alteraciones o lesiones en los órganos (tumores), otras veces por problemas químicos o eléctricos en el cerebro (enfermedades mentales). También ocurren por el consumo de sustancias psicoactivas que alteran la percepción, como los alucinógenos". Pero y si no tienes ninguna enfermedad, ni a consumido o tomado nada raro, y sin embargo descubres que los sentidos te engañan, es porque así es el mundo seduce y engaña. Además contamos con la “percepción extrasensorial” (por sus siglas en inglés ESP) el supuesto uso de poderes sobrenaturales para obtener conocimiento como son la Precognición o la Clarividencia. Ancestralmente siempre se ha relacionado el uso de estos poderes con alguna deidad o poder diabólico, es decir hacer contacto con el mundo espiritual.
En resumen de lo hablado se podría decir que todo se basa en los conocidos receptores sensoriales son terminaciones nerviosas especializadas, ubicadas en los órganos sensoriales (como la lengua, la piel, la nariz, los ojos, el oído, etc.). Son los encargados de recibir el estímulo para llevar la información y obtener una respuesta ya sea interna o externa, capaces de captar estímulos internos o externos que podrían ser guiados por motivación propia o de un ente espiritual y generar un impulso nervioso y sensaciones. Este impulso es transportado al sistema nervioso central y procesado en distintas áreas dentro de la corteza cerebral (La corteza o córtex cerebral es el tejido nervioso que cubre la superficie de los hemisferios cerebrales.) Es aquí donde ocurren la percepción, la imaginación, el pensamiento, el juicio y la decisión. , para proporcionar al individuo información de las condiciones ambientales que lo rodean y generar una gran respuesta apropiada, es el taller donde se elabora todo acto bueno o malo. Es decir, los receptores sensoriales son células nerviosas especializadas en transformar señales fisicoquímicas a señales electrónicas, convirtiendo la energía física en un potencial eléctrico mediante un proceso que se denomina transducción de señal. En función de su estructura, los receptores pueden ser clasificados en 2 tipos: los libres y encapsulados. Los receptores libres suelen llegar hasta la superficie de la piel, son ramificaciones nerviosas que se distribuyen a lo largo y ancho de una región. Los encapsulados son terminales nerviosas enclaustradas en un tejido conjuntivo con forma de elipsoide, o bien, una cápsula. Además, por medio de canales iónicos guiados por el cableado nervioso, se producen potenciales eléctricos que son proporcionales al estímulo aplicado; pero solo los estímulos que se apliquen con la intensidad suficiente como para superar el umbral de acción de la neurona, se transmitirán al sistema nervioso, y luego al cerebro, esta acción hace que el cuerpo mantenga el control en la mente. Así, el potencial de acción neuronal (el disparo) evoluciona temporalmente como una delta de dirac (o función delta de Dirac es una distribución o función generalizada que define un funcional en forma de integral sobre un cierto espacio de funciones). Últimas investigaciones de la neurociencia el cometer conductas pecaminosas puede tener su explicación en las sustancias que produce nuestro organismo el cerebro que hace parte de nuestro cuerpo que desentrañan sorprendentes relaciones entre nuestra conducta y el cerebro. Cada acto realizado son fruto de decisiones conscientes “salvo casos extremos de perturbación mental, ocurren con el conocimiento del pecador”. Las numerosas sustancias que obran en el cerebro mantienen un equilibrio entre dos funciones, “los sistemas de excitación y los de inhibición”, señala la doctora Anabel Jiménez, investigadora de neurociencias en la UAM-I. Algunas, como la adrenalina, hacen que el cerebro se prepare para responder a una agresión inminente, o la sustancia llamada ácido gamma-aminobutírico (GABA), que permite que el individuo se mantenga despierto. Una de las sustancias que corren por el cerebro es la hormona oxitocina, distinta a la que circula en la sangre. Se determinó que aquella influye en el sistema límbico, estructura encargada de modular conductas como la empatía y la antipatía; el agrado o el desagrado por aquello que percibimos mediante los sentidos. Así, se determinó que el ciclo de producción y sensibilidad a la oxitocina puede cambiar después del nacimiento. El ciclo de operación y estructura de la neuronas puede alterarse si un bebé no recibe suficiente afecto, disminuyendo su producción de oxitocina, lo cual desencadena, posteriormente, cambios en su conducta, haciéndolos incluso más egoístas. Queda con todo el avance de las neurociencias, comprendidos los mecanismos que desencadenan la interacción de los seres neuronados con el medio ambiente, pero aún queda como misterio el fenómeno de la conciencia.

Dentro de mi experiencia al estar enfermo y sometido a un tratamiento largo y complicado, hubo momentos donde quería salirme del hospital, desistir del tratamiento por todas las molestias, dolores que ejercía mi cuerpo, desequilibrio de algunos órganos, por más que mi mente trataba de controlar ese dolor y hubo momentos descontrol emocional donde mi cuerpo tenía el control y no mi mente. Detectar las sensaciones corporales y los pensamientos que nos invaden antes de perder el control nos ayudará a darnos cuenta de cuando es el momento de poner en práctica dominio propio para evitar actuar en contra de nuestros intereses. Debemos responsabilizarnos de lo que pensamos, sentimos y hacemos. Por eso es necesario no dejarnos arrastrar por todo lo que percibimos. ¿Cómo influye la actitud de las personas en la percepción?  Si una persona es negativa, su percepción de las cosas será negativa, atada o encadenada. Es decir podrá estar frente a maravillas, pero el solo vera problemas. Si su actitud es positiva con la fe en su Salvador, la persona estará frente a grandes problemas, pero siempre encontrará una solución, ya que su percepción es positiva en la obra de nuestro Redentor.
mi experiencia
Para lograr una sana y sólida comprensión del término obras de la "carne" requiere examinar su uso y definición en las Escrituras, y que se manifiesta en la vida de ser humano como lo reitero por medio de los órganos de los sentidos y las consecuencias que produce, y cómo se la puede superar en definitiva. La palabra griega para "carne" en el Nuevo Testamento es sarx, un término que puede a menudo en las Escrituras referirse al cuerpo físico. La vista de la Biblia de la naturaleza humana difiere de la filosofía griega en que la Escritura dice que la naturaleza física y espiritual de la humanidad era originalmente buena. Por el contrario, los filósofos tales como Platón vieron un dualismo o dicotomía en la humanidad. Tal pensamiento eventualmente produjo una teoría que el cuerpo (el físico) era malo, pero el espíritu de una persona era bueno. Esta enseñanza influyó en grupos como los gnósticos que creyeron que el mundo físico fue creado por error por un semidiós llamado el "Demiurgo". Los gnósticos se opusieron a la doctrina de la encarnación de Cristo porque creían que Dios nunca tomaría una forma física, ya que el cuerpo era malo. El apóstol Juan encontró una forma de esta enseñanza en su día y advirtió contra él: "Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo. En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en cuerpo “carne”, es de Dios; y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en cuerpo “carne”, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo" (1 Juan 4:1-3). Así en contrario al pensamiento griego, la Biblia dice que la naturaleza del hombre, tanto física como espiritual, eran buenas, sin embargo, ambas fueron afectadas negativamente por el pecado. El resultado final del pecado es una naturaleza que a menudo se denomina las obras de la "carne" en las Escrituras — algo que se opone a Dios y busca gratificación pecaminosa.
¿Cómo se manifiesta las obras de la carne? La Biblia responde a la pregunta de esta manera: "Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios" (Gálatas 5:19-21).
Ejemplos del resultado de la obra de la carne en el mundo son evidentes. Considere unos tristes hechos tomados de una encuesta reciente sobre el efecto de la pornografía en los Estados Unidos. Según el estudio, cada segundo en los Estados Unidos:
$3.075,64 se gasta en la pornografía. 28.258 usuarios del Internet están viendo pornografía. 372 usuarios del Internet están escribiendo los términos de búsqueda para adultos en motores de búsqueda y cada 39 minutos, un nuevo video pornográfico está siendo creado en los Estados Unidos. Dichas estadísticas subrayan la declaración hecha por el profeta Jeremías, quien lamentó que "Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?" (Jeremías 17:9). Es una fuerza interior compulsiva heredada de la caída del hombre, conocimiento del mal por medio de los órganos de los sentidos, que se expresa en rebelión general y específica contra Dios y Su justicia. Las obras de la  carne nunca pueden ser reformadas o mejorada. La única esperanza para escapar de la ley de la carne es su ejecución total y su sustitución por una nueva vida en el Señor Jesucristo." Podemos ver que el apóstol Pablo se percató acerca de la carne en Romanos 7:
“Pues yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien”. (v. 18). La carne aquí es el cuerpo humano caído y corrupto, junto con todas sus concupiscencias. Esta carne no fue creada por Dios, sino que es una mezcla de lo que Dios creó y el pecado, como pecado personificado, está en la carne del hombre, haciendo su hogar allí, y reinando como dueño ilegal, dominando al hombre y obligándole a hacer lo que no le gusta. Este pecado que reside en todos los hombres, el cual es la naturaleza maligna que no se puede cambiar, es lo que los constituye pecadores ”. Cuando recibimos a Cristo como nuestro Salvador, nuestros pecados son perdonados, y somos limpios y salvos. No obstante, ¿qué sucede con nuestra carne? ¿Puede ser reparada? ¿Acaso somos libres de los deseos de la carne una vez que nacemos de nuevo? La respuesta a estas preguntas es muy importante para nuestra vida cristiana. Después de ser salvos, nuestra carne permanece exactamente igual a antes de serlo, es decir, aún es pecaminosa y llena de concupiscencias. Esto se debe a que una vez que recibimos al Señor como nuestro Salvador, nacimos de nuevo en nuestro espíritu humano con el Espíritu divino de Dios, pero nuestra carne continúa siendo carne. “Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es” (Jn. 3:6).
Mientras vivamos en este cuerpo, esta vida física, nuestra carne permanecerá igual. Nunca mejora y nunca cambia, no importa cuánto tiempo tengamos de ser salvos o cuánto hayamos crecido en el Señor. Filipenses 3:20-21 nos dice:
“Más nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos con anhelo al Salvador, al Señor Jesucristo; el cual transfigurará el cuerpo de la humillación nuestra para que sea conformado al cuerpo de la gloria Suya, según la operación de Su poder, con la cual sujeta también a Sí mismo todas las cosas”.
La salvación completa que Dios efectúa prometida en esta palabra incluye nuestro cuerpo caído. Pero por ahora, nuestra carne sigue siendo la carne pecaminosa que domina nuestra alma. Tres enemigos tenemos que son Satanás, el mundo y la carne. En el libro de Romanos, un libro escrito a los creyentes, Pablo claramente advierte a los creyentes a protegerse no sólo del pecado, sino del pecado que se esconde en su propia carne.
No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que obedezcáis a las concupiscencias del cuerpo”. (Ro. 6:12). Si somos descuidados con nuestra carne, el pecado reinará incluso en el cuerpo de un creyente. ¡Qué tragedia!
Conclusión; Susana Wesley, madre a los grandes predicadores y escritores de himnos Juan y Carlos Wesley, describe el pecado y la carne de esta manera: "Lo que debilita su razonamiento, deteriora la ternura de tu conciencia, oscurece el sentido de Dios o quita su gusto por las cosas espirituales, en fin – si algo aumenta la autoridad y el poder de la carne sobre el Espíritu, esto a usted se convierte en pecado no importa lo bueno que es en sí mismo". Uno de los objetivos de la vida cristiana es la victoria del Espíritu sobre la carne y un cambio de vida, que se manifiesta en vidas justas delante de Dios. Aunque la lucha será muy real (algo que la Biblia hace claro), los cristianos han sido asegurados por Dios que Él les traerá éxito eventual sobre la carne. "Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo" (Filipenses 1:6).  

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