28 enero 2019

¿El amor es innato en el ser humano?

·                     Módulo II. Corazon evolución de la conciencia


Por: Carlos A Venegas M.ps.
Al hablar de amor hablamos de lazos emocionales, el de sentir amor nos referimos a las relaciones afectivas, el común de la gente lo define como un sentimiento de intensa atracción emocional y sexual hacia una persona con la que se desea compartir una vida en común por ejemplo. Otros la manifiestan de una forma más sencilla como un sentimiento de vivo afecto e inclinación hacia una persona o cosa a la que se le desea todo lo bueno. Pero que tan cierto pueden ser estos conceptos o más bien lo miramos como una creencia muy arraigada en nuestra mente.
Al definir el concepto lazos emocionales es entender la unión o un nudo afectivo de gran intensidad. Algunos lo ven como un vínculo afectivo, un sentimiento que se tiene por otras personas, el placer de tenerlos cerca y otras acciones que resultan muy estimulantes. Se trata del afecto que se siente hacia los animales, naturaleza, familiares, mascotas, etcétera nada que ver con el significado de dar amor. Y usted me dirá eso es lo que yo creo que es amor, pues no, se está mal interpretando. Intentare explicarlo de la siguiente manera basándome en  la teoría del apego. Llámese vínculo afectivo o lazos emocionales se demuestra como un apego. El amor es más que una relación afectiva basada en los sentimientos con determinados individuos.

 La forma en que el niño se relaciona con su cuidador o con alguna figura significativa para él (representando éste para el niño una fuente de protección y seguridad), es decir, del apego que el niño tiene con éste, y de las conductas que llega a desarrollar, con el fin de acercarse a un otro que es definido como protector. Esta manera determinada de relacionarse con su figura de apego, va a influir de manera significativa en el cómo el sujeto (niño) desarrollará pautas de relación con los demás en el futuro, que guiarán su conducta a la hora de relacionarse en, y con el mundo (Bowlby, 1995). Se entiende por apego a la disposición a comportarse de tal manera, en que el sujeto se muestre absolutamente dispuesto a buscar la proximidad, y así lograr el contacto con otro, manifestando este tipo de disposición especialmente en situaciones específicas. La teoría del apego plantea que es de relevancia para el desarrollo del sujeto el establecimiento de lazos emocionales íntimos con determinados individuos, siendo esto algo propio de la naturaleza humana. Según Guidano (1995), todo ser humano, a la hora de su nacimiento, viene con una cierta gama de tonalidades emocionales, difíciles de diferenciar y bastante difusas, pero que se van organizando y estructurando a través de la sintonía que van desarrollando con sus cuidadores (o figuras de apego). De esta manera, se van relacionando dichas tonalidades emocionales con determinadas percepciones, acciones y situaciones específicas, por lo que se da pie a la configuración de esquemas emotivos por parte del sujeto. La relación afectiva está íntimamente ligada a las emociones y calificamos el afecto por la emoción que nos produce, por ejemplo cuando se dice “me siento muy tranquilo” es una emoción y es algo que produces para ti mismo, al decir “me da mucha tranquilidad” es un afecto, que sientes recibir de alguien o de algo externo; como verás los términos son semejantes. ¿Qué es una relación afectiva? Es un equilibrio entre dar y recibir. Puedes expresar tus deseos y preocupaciones abierta y honestamente, sugerir cambios de actitud pidiéndolo adecuadamente, hacer una petición para que te escuchen; pero ojo para que la balanza no pierda el equilibrio, recuerda que también tienes que hacer un esfuerzo para que esto sea recíproco, pues tú también tendrás que estar listo para cuando te lo pidan. De lo contrario podría surgir un punto de conflicto y seguramente alguien sufrirá una decepción. De todo lo hasta aquí visto se deduce que la vida se empobrece cuando no se desarrolla la capacidad afectiva. Nuestra cultura, desgraciadamente, sobrevalora el desarrollo intelectual y físico, dejando de lado el afectivo. Es más, se le da una connotación negativa a la persona muy expresiva o emotiva. Al hombre se le enseña a no expresar sus afectos como una manera de ser más viril. Se logra así, formar personas fragmentadas que pierden en calidad de vida. Esto hace que se pierda la capacidad de ternura y de expresión de afectos. Esta pérdida lleva a carencias afectivas, a egoísmos, a incomunicación y a soledades.
En la pubertad comienza a sentirse atracción por otras personas contrarias a su género. Esta atracción erótica es también parte de nuestra afectividad; es la forma como reaccionamos o podíamos reaccionar frente al otro. Al producirse esta relación afectiva que algunos lo llaman “química del amor” emitimos señales no siempre conscientes. Por eso se escucha decir en algunos individuos "vamos a ser el amor" a este tipo de relación. Esta es otra forma  de relación afectiva que tenemos los seres humanos es nuestra sexualidad. Somos sexuados y tenemos una forma de ser, de sentir, de pensar y de actuar según sea nuestro sexo. Por supuesto que a lo largo de la vida tenemos distintas formas de expresar nuestra sexualidad.
Estamos programados genéticamente para conectar entre nosotros y para construir lazos emocionales con los que sentirnos seguros, algunos están convencidos que se puede interpretar como un lenguaje cognitivo donde por medio de un cúmulo de información que se dispone gracias a un proceso de aprendizaje o a la experiencia donde experimentamos el llamado amor, lo cierto  es que cada día se va desvalorizando el concepto de amor, se ha tomado muy a la ligera cuando decimos o escuchamos “yo te amo”. Se dice que el deseo de amor romántico (enamoramiento) en los casados está profundamente enraizado en nuestra estructura psicológica de cada uno donde nos basamos para edificar un proyecto de vida en pareja. El Amor no solo se vive en relación de pareja sino como hermano, amigo, familia o parentela y los más espirituales al prójimo. Es así como hemos sobrevivido como especie confundiendo el amor con una relación afectiva, “conectando” sentimientos, de ahí que una pérdida, una separación e incluso un simple malentendido hagan que salte al instante la señal de alarma en nuestro cerebro, dejándonos vacíos emocionales y con un corazón marchito. El amor no te lleva ser destructivo los lazos emocionales mal llevados si.

Dr Gerald Hüther, autor de 'La evolución del amor' En una entrevista manifestó este catedrático de Ciencias Naturales y doctor en Medicina, precisa que no es lo mismo el amor que enamorarse -esto último es un sentimiento y en muchos casos temporal- y que hombres y mujeres no esperan lo mismo del amor. Su opinión que se podría ver hipotéticamente al basarse de que el amor es innato, está dentro de la persona, nacemos con ello y que va evolucionando. Dice que los niños, por ejemplo, al nacer ayudan a su madre, por lo que tienen ese amor de manera intrínseca. Sin embargo, se puede destruir, aunque nuestra biología nos permite volver a descubrirlo porque el cerebro es plástico. Al definir el concepto de amor; es un estado en el que te encuentras. Apartarse del egocentrismo para animar al otro, desarrollar el potencial de los demás; es lo que yo llamo amor. Hüther detalla que el naturalista Charles Darwin fue el primero en intentar estudiar las raíces biológicas del amor y su importancia en la evolución. Hüther también es director del Centro de Investigación de Prevención en el ámbito de la Neurobiología de las universidades de Gotinga y de Mannheim-Heidelberg, y uno de los 17 sabios que asesoran a la canciller alemana Angela Merkel.
El amor no se puede vincular por un sentimiento común para que se pueda evolucionar. Biológicamente no se puede estudiar, ya que es un concepto abstracto y espiritual se podría investigar desde el punto de la psicología pero tampoco nos da un acercamiento real de lo que es esta manifestación. Afortunadamente la neurociencia va ofreciéndonos día tras día reveladoras informaciones que nos explican por qué actuamos como actuamos en esto construir lazos emocionales con los que sentirnos seguros en las relaciones afectivas, pero que no todas las veces se debe relacionar con el amor. Lo primero que conviene recordar es que el cerebro humano no está preparado para la pérdida, nos supera, nos inmoviliza y nos enclaustra durante un tiempo en la celda del sufrimiento. Ahora bien, otro aspecto complejo sobre el tema de las relaciones afectivas es el modo en el que afrontamos dicha separación, dicha ruptura. Desde un punto neurológico cabe decir que empiezan a liberarse al instante las hormonas del estrés, conformando en muchos casos lo que se conoce como “el corazón roto“. Sin embargo, desde un punto emocional y psicológico, lo que sienten muchas personas es otro tipo de realidad. No solo experimentan el dolor por la falta del ser amado. Sienten una pérdida de energía, de aliento vital. Es como si todo el amor dado, todas las esperanzas y afectos dedicados a esa persona se hubieran ido. También, dejándolos vacíos, yermos, marchitos… Entonces nos preguntamos… ¿cómo volver a amar de nuevo si lo único que habita en nuestro interior es el polvo de un mal recuerdo? Es necesario que afrontemos estos momentos de otro modo. Y que solo con expresar amor de Cristo podemos superarlos. Nadie pierde por dar amor, pierde quien no sabe recibirlo, porque ofrecerlo con sinceridad, con pasión y delicado afecto nos dignifica como personas. En cambio, quien no sabe recibirlo ni cuidar ese inmenso regalo es quien pierde de verdad. Por ello recuerda, nunca te arrepientas de haber amado y haber perdido, porque lo peor es no saber amar. Sin embargo, como está escrito: «Ningún ojo ha visto, ningún oído ha escuchado, ninguna mente humana ha concebido lo que Dios ha preparado para quienes lo aman.» 1 Corintios 2:9 

Gary Chapman es su famoso libro los cinco lenguajes del amor comenta que en lo más profundo de la existencia humana está el deseo de tener intimidad y ser amado por otro. Pero expresar este amor es muy distinto que simplemente tener la experiencia de estar enamorado. Es de naturaleza intencional. Es algo que elegimos hacer. Es algo que podemos aprender a hacer. Eso es una noticia para la pareja casada que ha perdido el sentimiento de estar enamorados. Chapman ha recibido incontables testimonios de como el concepto de los lenguajes del amor ha revolucionado, aun salvado matrimonios. Se graduó en el Instituto Bíblico Moody  y una Maestría en Artes (MA) en antropología de Wheaton College y de Wake Forest University . También recibió una maestría en educación religiosa (MRE) y un doctorado en filosofía (Ph.D.) de Southwestern Baptist Theological Seminary. 
Lo cierto es que el amor no es enamoramiento por lo tanto no se puede basar en un sentimiento porque estaríamos desvalorizando el concepto de amor e incapacitándonos para a sumir actos de amor. El vacío emocional más profundo que tiene de la existencia humana está el deseo de tener intimidad y ser amado por otro, es de naturaleza intencional al estar separados de nuestra esencia (e imagen y semejanza) del Creador. Es algo que elegimos hacer cuando nacemos de nuevo, ese renacimiento en Cristo. Por lo tanto no es que podemos aprender a hacer, sino dejar que se desarrolle en nosotros el amor de Dios. Esa confianza en Cristo en su obra restauradora para la pareja casada que ha perdido el sentimiento de unidad que algunos llaman enamoramiento.
Enamorarse es una emoción que se manifiesta de varias maneras, que se podría interpretar como un lenguaje, y es algo temporal, nada tiene que ver con el amor real. En algunos casos muy felices enamorarse es la primera fase y puede convertirse en amor auténtico. Ya que Dios es el que en nosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad. Filipenses 2:13.

Hablemos un poco sobre el enamoramiento para que nos quede claro su concepto. Es un estado emocional producto de la alegría causada por un talento interno o externo de una persona o por gusto de un objeto, como también en el cual una persona se siente poderosamente atraída por otra, que le da la satisfacción de alguien quien pueda comprender y compartir tantas cosas como trae consigo la vida. Desde el punto de vista bioquímico se trata de un proceso que se inicia en la corteza cerebral, pasa al sistema endocrino y se transforma en respuestas fisiológicas y cambios químicos ocasionados en el hipotálamo mediante la segregación de dopamina. El enamoramiento se basa  primeramente en un lenguaje no verbal; los gestos y la comunicación emocional, motriz, sexual, intelectual e instintiva. Los gestos se basan físicamente también y se llevan a cabo al moverse, mirarse, acariciarse y  por ultimo hablarse.  El enamoramiento puede ser de dos tipos:
Externo: donde el enamoramiento se produce debido al aspecto físico.
Interno: donde el enamoramiento se produce debido a la forma de ser del individuo.

Las características principales del enamoramiento son sintomáticas, las cuales según la mayoría de investigaciones son:
·         Deseo de intimidad y unión física con el otro (tocarlo, abrazarlo, besarlo e incluso tener relaciones sexuales).
·         Deseo de reciprocidad (que el otro también se enamore del sujeto).
·         Temor al rechazo.
·         Pensamientos frecuentes sobre el otro que interfieren en la actividad normal del sujeto.
·         Pérdida de concentración.
·         Fuerte activación fisiológica (nerviosismo, aceleración cardíaca, etc.) ante la presencia (real o imaginaria) del otro.
·         Sensibilidad ante los deseos y necesidades del otro.
·         Atención centrada en el otro.
·         Idealización del otro, percibiendo solo características positivas, a juicio del sujeto y atenuando o justificando las características negativas.


La pregunta ¿en que se parece al concepto del amor?

El amor verdadero es un  compromiso genuino con actos de pasión, de intimidad de  una persona siente por otra. No necesariamente tenemos que explorar un sentimiento de afecto. Versículo 1 Corintios 13:4-5 nos dice:
El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. No se regocija de la injusticia, sino que se alegra con la verdad; todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. 
En el contexto filosófico, el amor es una virtud que representa todo el afecto, la bondad y la compasión del ser humano. También puede describirse como acciones dirigidas hacia otros y basadas en la compasión, o bien como acciones dirigidas hacia otros (o hacia uno mismo) y basadas en el afecto. En la Biblia nos indica; Ahora, pues, permanecen estas tres virtudes: la fe, la esperanza y el amor. Pero la más excelente de ellas es el amor 1 Corintios 13:13. Le pido que, por medio del Espíritu y con el poder que procede de sus gloriosas riquezas, los fortalezca a ustedes en lo íntimo de su ser, para que por fe Cristo habite en sus corazones. Y pido que, arraigados y cimentados en amor Efesios 3:16-17. Por encima de todo, vístanse de amor, que es el vínculo perfecto. Colosenses 3:14. Que nunca te abandonen el amor y la verdad: llévalos siempre alrededor de tu cuello y escríbelos en el libro de tu corazón. Contarás con el favor de Dios y tendrás buena fama entre la gente. Proverbios 3:3-4.
El amor se manifiesta como un todo: Pasión, Intimidad y compromiso.
Pasión: no se trata solamente de la atracción física y sexual por otra persona. Se caracteriza también por la obsesión por la reciprocidad de los sentimientos.
Intimidad: donde se crea el apego. Hay cercanía, proximidad y conexión. Se crean lazos más íntimos y profundos al compartir aspectos de nuestra vida. La intimidad se construye sobre la confianza, sobre la seguridad y respeto mutuo, de lo contrario degenera en desconfianza y sospechas paranoicas.
Compromiso: requiere de la habilidad de ultrapasar y, trabajar para ultrapasar, los malos entendidos y sus angustias con el fin de estar juntos. Hace parte de madurez de la relación donde la clave está en creer en lo mejor de la otra persona sin estigmas, prejuicios ni motivaciones negativas. Aquí reside que el amor verdadero perdona porque respeta las diferencias, persevera en la relación mediante reconciliaciones porque sabe que ambos quieren resolver los problemas y ultrapasar el dolor inicial.
Nunca debemos arrepentirnos de haber amado, de habernos arriesgado a un todo o nada por esa persona. Son esos actos los que nos dignifican, los que nos hacen ser humanos y maravillosos a la vez. Vivir es amar y amar es dar sentido a nuestras vidas a través de todas las cosas que hacemos: nuestro trabajo, nuestras aficiones, nuestras relaciones personales y afectivas…Si renunciamos a amar o nos arrepentimos por haberlo ofrecido, renunciamos también a la parte más hermosa de nosotros mismos, que es Dios con nosotros. 2 Pedro 1:5-7 Queridos hermanos, amémonos los unos a los otros, porque el amor viene de Dios, y todo el que ama ha nacido de él y lo conoce.

Por ultimo las manifestaciones del amor basado en el Amor de Dios Juan 13:35:
Amor autopersonal: El amor propio, amor compasivo
Amor incondicional: Es el amor compasivo, altruista, que se profesa sin esperar nada a cambio, El amor maternal, o amor de madre a hijo,
Amor filial Storge: Entre hijos y padres
Amor fraternal: Phileo. En su sentido estricto, es el afecto entre hermanos, aunque puede extenderse a otros parientes exceptuados los padres y los descendientes. Nace de un sentimiento profundo de gratitud y reconocimiento a la familia
Amistad: Cercano al amor fraternal, es un sentimiento que nace de la necesidad de los seres humanos de socializar. El amor al prójimo nace a su vez del uso de la facultad de la mente de empatizar y tolerar, y constituye la abstracción de la amistad
Amor romántico: Nace en la expectativa de que un ser humano cercano colme a uno de satisfacción y felicidad existencial. Este sentimiento idealiza en cierto grado a la persona objeto de dicha expectativa, definida en la psiquis que se confunde con el enamoramiento.
Amor sexual: Incluye el amor romántico y el amor confluente. El deseo sexual. El amor de hombre y mujer —eros en griego—
Amor de Dios  amor incondicional y reflexivo, en el que el amante tiene en cuenta sólo el bien del ser amado. En el cristianismo se entiende que el amor proviene de Dios, porque el amor es una virtud teologal se conoce como agapë. Es caritativo, desinteresado, altruista e incondicionales, la clase de amor que los cristianos aspiran a tener por sus semejantes.
Y lleven una vida de amor, así como Cristo nos amó y se entregó por nosotros como ofrenda y sacrificio fragante para Dios. Efesios 5:2

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