La mayor visibilidad social del colectivo homosexual y la promulgación
de leyes que luchan contra la homofobia llevan a mucha gente a preguntarse si
el número de personas con tendencia erótico–afectiva
hacia el mismo sexo ha aumentado o por lo contrario a disminuido, sea
investigado desde varias disciplinas como la psicosocial, psicológica y
antropológica. Haciendo un resumen de la información encontrada de fuentes
fidedignas y además de lo que vemos en el día a día en todos los grupos
sociales y en las actividades que tiene la sociedad, es mi obligación como
miembro de una sociedad además de mi creo; que mis principios y valores
inculcados le dicta a mi conciencia en dar una voz de alerta o más bien invitar
a una reflexión muy profunda por medio de esta nota, del porqué del deterioro
social en que nos encontramos en especial lo relacionado a nuestra sexualidad.
Que nace y no se hace |
El experto en sistemas informáticos Giorgi Chaladze, de la Universidad
Estatal Ilia, en Georgia (EE. UU.), elaboró un modelo de ordenador para
estudiar la prevalencia de la homosexualidad en la humanidad y que tan cierto
son las hipótesis que se sustentan en la educación, realmente tienen sustento
científico o más bien es un comportamiento cultural que obliga a la sociedad
aceptarlo sin más miramientos que la convivencia permisiva en aras de un
concepto socarrado de “libertad”. Veamos la sustentación hipotética y su
veracidad:
El primero es que los gays tienden a provenir de familias compuestas por
un mayor número de miembros, lo que sugiere que los supuestos genes
responsables de la homosexualidad también aumentan la fecundidad entre las
mujeres de las familias.
La segunda hipótesis que se tuvo en cuenta es que muchos hombres
heterosexuales son portadores de los supuestos genes que podrían predisponer a
una persona a la homosexualidad.
Teniendo en cuenta estas dos hipótesis; la verdad es que los científicos
escanearon los genomas -la composición genética completa- de los participantes
según la investigación, publicada en la revista Science, fue realizada por
investigadores de la Universidad de Harvard y el Massachusetts Institute of
Technology (MIT), utilizó datos de 409.000 personas inscritas en el proyecto
Biobank, de Reino Unido, y de 68.500 registradas en la compañía de genética
23andMe, de Estados Unidos y fue a través de lo anterior que concluyeron que,
al igual que cualquier característica humana compleja, la atracción sexual está definida por múltiples regiones del genoma y
también múltiples factores no genéticos sino culturales. De este modo, el
estudio apunta a desterrar la idea surgida en 1990 de que existe un “gen gay”. “Es de hecho imposible
predecir la orientación sexual de una
persona en función de su genoma” dice Ben Neale, miembro del Broad Institute de
Harvard y el MIT. Este científico se muestra partidario de la teoría de que la orientación erótico–afectiva está
altamente influenciada por factores culturales y, por eso, tiende a ser estable
a lo largo de los tiempos. En ciertas épocas de la historia parece que hay un
mayor o menor número de homosexuales, pero eso se debe, únicamente, a la
visibilidad y a la presión social que ejerce la cultura en su momento. El
estudio de Giorgi Chaladze, de la Universidad Estatal Ilia, en Georgia (EE.
UU.), arroja el veredicto que la homosexualidad en la humanidad se basa
en lo cultural. Traigo a mi memoria las siguientes líneas; El que es aceptado y halla la vida, es aceptado por creerle a Dios.
Pero algunos que hacen a un lado la verdad; conociendo la verdad de Dios por
instinto, pues Él ha puesto ese conocimiento en sus corazones. Por lo tanto, no
podrán excusarse diciendo que no sabían si Dios existía o no, porque se
sujetaron a sus propias ideas y pasiones. En consecuencia, sus necios
entendimientos se oscurecieron y confundieron y al creerse sabios sin Dios, se
volvieron aún más necios. Por eso Dios
los abandono para que cayeran en toda clase de transgresión sexual, y hacer lo
que les viniera en gana, aun lo más viles y perversos actos los unos con los
otros.
Los conflictos más comunes que predisponen a las personas hacia la
homosexualidad son.
- 1- la soledad y la
tristeza,
- 2- la falta de
autoaceptación,
- 3- la desconfianza y el
miedo,
- 4- el narcicismo,
- 5- el excesivo sentido
de responsabilidad,
- 6- el maltrato sexual en la niñez
- 7 el enfado excesivo.
Durante los períodos de tensión, estas dificultades internas se activan.
Entonces pueden surgir fuertes
tentaciones homosexuales en un intento por encontrar alivio o un escape al
dolor emocional inconsciente. Esta dinámica de dolor emocional según estudios puede llevar a la
homosexualidad, rara vez se manifiesta durante la infancia, pero normalmente se
revela al principio de la adolescencia entre 12 y 16 años. Veamos a
continuación con más detalle cada uno de estos factores causantes de la
homosexualidad que hemos mencionado:
1. Soledad y tristeza
En el pasado, la causa que con más frecuencia se veía de la tristeza que
conduce a la homosexualidad en los muchachos era el rechazo, durante la
infancia y la adolescencia, por parte de sus compañeros, con motivo de sus limitadas
aptitudes atléticas. Sin embargo, por razón de lo que se verá a continuación,
trataremos esta causa un poco más adelante. Más recientemente, el fracaso
matrimonial y familiar, con casi un 45% de niños y adolescentes que viven
separados de sus padres, ha producido serios problemas de tristeza y soledad en la juventud.
Cuando no se satisface la necesidad de cariño, aprobación, afecto físico
y ánimo de un padre, se desarrolla un vacío
interior comúnmente llamado "huerfandad de padre". En un intento
por superar este dolor, algunos adolescentes y jóvenes adultos buscan el confort
de ser abrazados por otro hombre. En mi experiencia clínica he observado que
mientras más temprano es el abandono paterno, mayor es la posibilidad de que se
desarrollen deseos homosexuales. También, en algunos chicos especialmente
sensibles, un continuo maltrato por parte de sus hermanos mayores produce una
soledad interior que puede llevarlos a sentir inclinaciones homosexuales.
La falta de cariño, afecto y ánimo de una madre también puede producir
un vacío y una terrible tristeza. Algunas chicas intentan llenar ese vacío del
amor materno dulce y consolador por medio del comportamiento homosexual. Esta
" huerfandad sin madre" no se observa tan a menudo como la
"soledad sin padre", porque las madres generalmente tienen mucha más
libertad a la hora de comunicar su amor y su ánimo a los hijos que la que
tienen los padres. Algunos adultos que se sienten muy frustrados y solos porque
todavía no han encontrado la persona correcta para casarse caen en un
comportamiento homosexual en su intento de aliviar esa soledad. Como se puede ver el acto de la
homosexualidad no es por pulsión sexual sino por sentirse abandonado. Algunas
personas casadas comenten actos homosexuales como resultado de la tensión y
soledad en su matrimonio. También, la tristeza y la soledad que se siente
después de un serio fracaso matrimonial pueden resultar en una conducta
homosexual (no en todos los casos), porque estas personas tienen miedo de
volverse vulnerables ante alguien del sexo opuesto. En mi trabajo he visto este
tipo de conducta ocurrir más frecuentemente en las mujeres, más que un
acercamiento sexual es la compañía pero que genera deseos sexuales con el
tiempo. Muchos hombres y mujeres con estas dolorosas heridas emocionales de
soledad y tristeza prefieren creer que es una buena opción la intimidad
homosexual para no enfrentarse con su terrible situación interior, que es el
deseo la pasión erótica la falta de continencia. Es de observar que el fracaso
de cualquier relación adulta entre homosexuales, a la hora de llenar el vacío
dejado por la soledad infantil o adolescente, es la mayor causa de la
extraordinaria promiscuidad en el estilo de vida homosexual, y por eso algunos
estudios arrojan un promedio de 60 compañeros/as sexuales al año. Que con el
tiempo conlleva a pensar o a tomar la decisión del suicidio. Inconscientemente,
estas personas no buscan un compromiso estable.
Por supuesto, los conflictos de soledad y tristeza se pueden manifestar
de muchas formas aparte de un comportamiento sexual, como, por ejemplo, las
actuaciones infantiles de dependencia, una constante necesidad de atención y
afecto, una excesiva fantasía sexual, masturbación compulsiva, atracción hacia
los adolescentes, dependencia en la pornografía, comportamiento narcisista,
agotamiento y síntomas de depresión.
2. falta de
autoaceptación
La homosexualidad también puede ser el resultado de fuertes sentimientos
de inseguridad de relacionarse sentimentalmente con su sexo opuesto. La
desconfianza en sí mismo se suscita por el rechazo de padres, compañeros,
hermanos u otras personas significativas en las cuales se ha depositado la
confianza. En un intento inconsciente de deshacer una historia de rechazos, la
persona busca reafirmarse y ser aceptado por miembros del mismo sexo. En mi
experiencia clínica este doloroso conflicto emocional se observa mucho más
frecuentemente en hombres que en mujeres.
La autoestima se basa principalmente en la aceptación de un modelo de
conducta en la primera infancia, el niño de su padre y la niña de su madre.
Todo niño pequeño añora recibir la aceptación, al apoyo y el ánimo de su padre de
esta forma establece un sentido positivo y un grado de bienestar consigo mismo.
Aunque el amor de una madre es esencial para los niños, no es tan importante
como el amor y la afirmación del padre para la formación de una sana identidad
masculina. La falta de reacciones saludables de un padre produce una seria
debilidad en la imagen masculina y una falta de autoaceptación. Muchos de los
que sufren inclinaciones homosexuales crecieron de niños pensando que nunca
podrían agradar a sus padres. En los 50 y 60, se realizó un estudio en Nueva
York de 500 varones que se consideraban homosexuales. El estudio reveló que más
del 90% de ellos tenía problemas de coordinación atlética y que de pequeños
fueron objeto de humillación por parte de sus compañeros. Muchos contaron que
no sólo se sentían fracasados como varones porque no eran buenos en el deporte
o porque no les gustaba, sino que también sentían que desilusionaban a sus
padres, quienes en su opinión esperaban que fueran buenos atletas.
3. Desconfianza y miedo
Otro factor importante en el desarrollo de la homosexualidad es el miedo
a ser vulnerable en las relaciones heterosexuales. Esta incapacidad de sentirse
seguro amando a alguien del sexo opuesto es usualmente inconsciente y la
mayoría de las veces tiene su origen en experiencias traumáticas en el hogar. En el caso de los varones, puede ser la
consecuencia de haber tenido una madre demasiado controladora, excesivamente
dependiente, enfada y crítica, poco afectiva y fría, narcisista e insensible,
muy desconfiada, adicta o enferma.
En el caso de las
chicas, el miedo de confiar en cualquier varón en una relación amorosa puede
surgir de haber tenido un padre muy enfadadizo, rechazador y distante,
insensible hacia su madre, abusivo, duro, egoísta, adicto o falto de afecto.
La desconfianza también puede desarrollarse como resultado de vivir en
una casa con frecuentes conflictos y peleas entre los padres. Como la relación
entre los padres es el modelo para un niño/a de lo que es una relación
heterosexual, un matrimonio mermado por el constante dolor y conflicto puede
llevar a que el hijo o la hija desarrollen un miedo de volverse vulnerable ante
las personas del sexo opuesto. Este miedo puede llevar a algunos a caer en una
relación homosexual. Una dinámica similar se presenta a veces después de un
divorcio, cuando muchos adultos tienen miedo de ser heridos por las personas
del sexo opuesto y se retraen en una relación homosexual. La epidemia de
divorcios en nuestra cultura actual está causando también un miedo muy grande
entre los jóvenes adultos de asumir el compromiso del matrimonio.
Lo cierto es que el comportamiento sexual compulsivo es muy marcado en
estas situaciones, donde ponen en peligroso la salud integral y la vida de un
gran porcentaje de homosexuales en tomar la opción del suicidio, dado por la
presencia de un desorden adictivo en estas personas. A pesar de que la
categoría diagnóstica específica de adicción sexual no ha sido oficialmente
aceptada todavía en el campo de la salud mental, existen programas clínicos en
varios lugares de EE.UU. para el tratamiento de las adicciones sexuales y
también existe una revista dedicada completamente a este tema. La opinión clínica de que el comportamiento
homosexual tiene mucho de adictivo ha recibido el apoyo de numerosos estudios
sobre el homosexualismo y también del hecho de que en años recientes se ha
estimado que la mitad de todos los hombres homosexuales de Nueva York portan el
virus del SIDA. La naturaleza adictiva de la conducta homosexual también
explica por qué las infecciones del virus del SIDA se han cuadriplicado en San
Francisco desde 1987.
4. Narcisismo
El narcisismo o egoísmo es otro factor principal de la homosexualidad ya
que evitan en lo posible de sufrir una decepción sentimental. Ciertos adultos
con dificultades sexuales persisten neuróticamente en esta actitud, y un
ejemplo es el de los pedofilias que llegan a veces al extremo de versen en un
espejo como se sacian o de grabarse. El narcisismo tiene varios aspectos
atrayentes, como el no tener que comprometerse con otra persona en el matrimonio
o no tener que darse completamente como padre. El narcisista quiere permanecer
infantilmente con obligaciones mínimas en sus relaciones interpersonales y con
pocas limitaciones en la búsqueda del placer del otro. En ellos se manifiesta el
hedonismo amadores de sí mismo, esclavos del placer filosofía de los epicúreos.
5. Intentos de evadir
un excesivo sentido de responsabilidad
Algunos intentan escapar de excesivas presiones y cargas practicando la
homosexualidad, en la cual no hay compromiso, obligaciones ni responsabilidad.
Hay hombres casados que a veces luchan contra una intensa inseguridad después
de experimentar la tensión que le causa un jefe negativo, una falta de éxito
profesional o una ansiedad arrolladora por cuestiones financieras. Entonces
empiezan a ver a sus esposas e hijos como cargas y dificultades, en vez de
verlos como dones de Dios. Practican la homosexualidad en un intento de evadir
la tensión y de sentirse más amados y especiales. Cuando un marido está
emocionalmente distante o ausente de su familia, la esposa puede sentir una
intensa soledad y, como resultado, empieza a depender emocionalmente de un
hijo. A menudo hablará con él cosas y preocupaciones que normalmente
compartiría con su esposo. Mientras que la mayoría de los jóvenes disfruta a
nivel consciente de esta relación con sus madres, inconscientemente empiezan a
preocuparse excesivamente y a sentirse demasiado responsables por ellas.
Posteriormente pueden desarrollar inconscientemente una visión del amor
femenino como una carga agotadora.
6. Trauma sexual en
la infancia
Un buen número de varones que fueron violados, abusados o maltratados
sexualmente en su infancia desarrollan una confusión con respecto a su
identidad masculina. Al igual que otras víctimas de violación, piensan que de
alguna manera causaron el abuso. Durante la adolescencia, su relación con las
muchachas está mermada por la vergüenza y por la creencia de que ninguna chica
podría amarles si conociera sus experiencias sexuales.
7. Enfado excesivo
El tipo de enfado que más induce la homosexualidad es el enfado consigo
mismo. Como resultado de un continuo rechazo por parte de sus compañeros,
muchos niños adquieren un intenso disgusto hacia sus propios cuerpos – piensan
que éstos son débiles, poco atractivos y poco masculinos. Se sienten tan
incómodos con su físico que pasan muchísimo tiempo fantaseando sobre cómo escapar
de su cuerpo y entrar en el cuerpo de otro. Esta ilusión enfermiza puede
empezar cuando son jóvenes e inducir una fuerte atracción física hacia otros
del mismo sexo. En muchos homosexuales, la conducta autodestructiva, peligrosa,
adictiva y sadomasoquista nace de un intenso disgusto hacia uno mismo. El
enfado consigo mismo también puede llevar al varón a vestirse como una mujer.
Finalmente, el colmo de la aversión hacia uno mismo y hacia el propio
cuerpo se puede observar en aquellos que se someten a cirugía para cambiar de
sexo. En un grupo reducido de personas, la homosexualidad se origina en una
"necesidad" de rebelarse fuertemente contra sus padres, su familia,
sus compañeros o de Dios. La conducta homosexual que es inducida por el enfado
se observa en aquellos cuyos padres del sexo opuesto eran extremadamente
controladores, emocionalmente insensibles, físicamente abusivos o profundamente
narcisistas y religiosos. Al igual que a otra gente enfadada, esa rebelión les
produce cierto placer. A algunos de ellos les encanta que sus madres sepan cómo
su estilo de vida es el rechazo extremo de un amor femenino o (en el caso de
las lesbianas) como sus padres comprueban que no sienten necesidad del amor
masculino. El enfado excesivo también se manifiesta en otros aspectos de la
vida homosexual. El más notable es el enfado agresivo-pasivo, que consiste en un silencioso desahogo de
hostilidad mientras se pretende no estar enfadado y se manifiesta en no
informar al compañero sexual de que se es portador del virus que causa del
SIDA. Estas personas a menudo sienten que porque ellos tienen que sufrir, otros
también deben hacerlo. Por último, se observa también un intenso enojo en los
homosexuales dentro de los medios de comunicación social, en la educación, en la
salud o en la política, cuando intentan obligar al resto de la sociedad a que
acepte la homosexualidad. A menudo sus métodos consisten en asaltar
directamente a la moral cristiana, a la familia y a las diferencias básicas
entre el hombre y la mujer. La homosexualidad es ahora más frecuente como una
especie de mecanismo de regulación de la naturaleza para «dejar de procrear« y
el rechazo a la familia tradicional.
No les he escrito porque ignoren la verdad, sino porque la conocen y porque ninguna mentira procede de la verdad.
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